viernes, 29 de diciembre de 2023

Viaje ornitológico a Tailandia (I): Bangkok, Pak Thale, Kaeng Krachan y Khok Kham

A principios de noviembre, un grupo formado en esta ocasión por Álvaro García, Raquel Lozano y el que escribe, realizamos un viaje ornitológico a Tailandia, sin duda uno de los países más atractivos del sudeste asiático para la observación de aves. A las 1.076 especies de aves registradas en el país hasta 2023 (ver checklist) se suma la presencia de algunos grandes mamíferos, como elefante asiático (Elephas maximus), leopardo (Panthera pardus), tigre (Panthera tigris), oso malayo (Helarctos malayanus) o diversas especies de primates o zorros voladores. Volviendo a las aves, Tailandia posee además el honor de ser uno de los pocos países que acoge una invernada exigua pero regular de correlimos cuchareta (Calidris pygmaea) una de las limícolas más icónicas y amenazadas del planeta, cuya observación atrae a incontables observadores/as de aves tanto nacionales como internacionales. Esta fantástica aventura comprendió desde el 13 al 29 de noviembre, visitando durante nuestra estancia tres zonas del país en tres etapas diferentes (ver mapa 1). Como resultado del viaje pudimos disfrutar con la observación de 354 especies de aves (ver trip report en eBird) y 16 de mamíferos, así como de otras muchas especies de distintos grupos faunísticos (ver lista completa). 

Algunas de las especies observadas durante nuestra primera etapa en Tailandia


Para el diseño de nuestro recorrido en Tailandia nos basamos en el estupendo Trip report redactado por Antonio Ceballos sobre su visita al país en 2014, en compañía de Gonzalo Lage, Alfonso Rodrigo y Javier Traín, a quien agradecemos sus recomendaciones y labor, al igual que a Álvaro Díaz Pastor, cuyos consejos e indicaciones nos resultaron de gran ayuda durante nuestra estancia. Para completar la selección de localidades a visitar, nos basamos tanto en los Hotspots presentes en eBird, cuyo meticuloso análisis por parte de nuestro compañero Álvaro García resultó primordial para decantarnos entre unas u otras localidades, según su índice de especies y probabilidad de observación (lo cual nos ayudó a economizar tiempo) como en la web thaibirding.com. Para este fin, también es recomendable consultar los sitios de interés propuestos en una de las mejores guías de identificación para la visita al país: Treesucon, U. & Limparungpatthanakij, W. (2018) Birds of Thailand. Lynx and BirdLife Internacional Field Guides. Lynx Editions, Barcelona. Por ponerle tan solo dos pegas a esta magnífica guía, se echa en falta un glosario de familias que facilite la búsqueda rápida, sumado a la coloración de algunas láminas no muy ajustadas a la visión que uno tiene en campo de determinadas especies, lo que obliga a complementar con fotografías. Para facilitarnos la ardua tarea de la identificación por canto en ambientes selváticos, decidimos probar el paquete de Tailandia disponible en la aplicación Merlin, cuyo funcionamiento resultó ser bastante deficiente, siendo apenas capaz de identificar una treintena de especies comunes, y no identificando la mayoría ni tan siquiera a cortas distancia del ave o con grabaciones de calidad. Como contrapunto, el hecho de poder consultar todas las vocalizaciones de cualquier especie resultó de gran ayuda en la identificación una vez acotada la familia o el género, por lo que puede ser recomendable su uso. 


Mapa 1: Etapas del viaje realizado entre el 13 y el 29 de noviembre

Hotspots recomendados en la guía de Birds of Thailand
Treesucon, U & Limparungpatthanakij, W. Lynx (2018)


Nuestro viaje arrancó a las 8:15 h del 13 de noviembre en el Aeropuerto de Barajas, donde cogimos un vuelo de Qatar Airways destino a Bangkok. La duración total fue de casi 13h de vuelo más 3h de escala en Qatar, con un coste total de 860€/pers. con tasas, facturación y selección de asientos incluida para ida y vuelta. La razón de escoger esta compañía fue que ofrecía la opción más directa a Tailandia para esas fechas, los horarios eran compatibles con nuestro plan y era una de las más económicas. Tras llegar al aeropuerto internacional de Suvarnabhumi (Bangkok) a las 6:40h del día 14 de noviembre, alquilamos un Nissan Almera con la compañía Yesaway, cuya reserva habíamos realizado con antelación. Pese a que habíamos leído muchas opiniones sobre casi todas las compañías respecto a inconvenientes en la devolución de la fianza del alquiler, no tuvimos ningún problema ni con Yesaway ni con Europcar, aunque personalmente la primera nos pareció bastante más profesional que la segunda. Cabe señalar que exceptuando para la segunda mitad de la pista de Kaeng Krachan, para la que es necesario un 4x4 y buenas dotes de conducción, con un turismo convencional se funciona sin problema por la mayoría de las zonas, siendo más económico su precio que el de un SUV o un 4x4. En Tailandia se circula por la izquierda, y en algunos cruces o zonas urbanas la conducción puede resultar algo caótica, pero con algo de sentido común y una vez superada la primera impresión no existe mayor problema, pese a todo no viene mal llevar claras algunas recomendacionesUna vez cambiamos algo de dinero (1€=35 Bath) y dispusimos de tarjeta telefónica con datos ilimitados para la navegación online, nos dirigimos a nuestra primera parada, los arrozales de Lat Krabang--Thap Yao, apenas a 20 minutos de la terminal, no sin antes registrar las primeras especies comunes en el aeropuerto, entre las que destacaron algunos vencejos orientales (Apus nipalensis).


Mapa 2: Primera etapa del viaje a Tailandia 13-29 de noviembre

Arrozales de Lat Krabang--Thap Yao, cercanos al aeropuerto de Bangkok


Prismáticos en ristre, comenzamos nuestro primer rato de observación en los arrozales y balsas de acuicultura de Lat Krabang-Thap Yao, no sin antes hacer frente a un importante shock térmico, que se da cuando uno baja del coche y se aleja del aire acondicionado. Tailandia presenta un clima tropical con dos estaciones marcadas, la seca, de noviembre a mayo, más calurosa en los meses de primavera, y la lluviosa, entre junio y octubre. Su temperatura media anual oscila entre los 29-33 ºC y la humedad ambiental entre el 70-100% por lo que conviene llevar ropa larga y fresca para protegerse del sol y no sudar mucho, así como un impermeable, ya que siempre es posible la aparición de tormentas aisladas. Tras familiarizarnos con cerca de medio centenar de especies comunes, acuáticas o propias de espacios abiertos, no tardaron en aparecer varias especies de interés, como el primer estornino pío siamés (Gracupica floweri) o nuestro único pelicano oriental (Pelecanus phillippensis) y capuchino castaño (Lonchura atricapilla) del viaje. 


Picotenaza asiático (Anastomus oscitans)

Cormorán de Java (Microcarbo niger)

Lavandera de Chukotka (Motacilla tschutschensis)

Abejaruco coliazul (Merops philippinus)

Pelícano oriental (Pelecanus philippensis)

Garcilla china (Ardeola bacchus)

Estornino pío siamés (Gracupica floweri)

Bulbul de Blanford oriental (Pycnonotus conradi)

Drongo real (Dricurus macrocercus)

Abanico pío dela sonda (Rhipidura javanica)


Muy a nuestro pesar, dado lo entretenida que fue esta primera parada, continuamos el itinerario previsto, cogiendo rumbo norte a Ayutthaya para realizar una breve visita turística a alguno de sus antiguos templos. Ayutthaya fue fundada en el año 1350 y durante varios siglos fue la capital del reino homónimo, también conocido como reino de Siam, predecesor de la actual Tailandia, de donde radica su importancia histórica. Durante este corto paseo por sus jardines observamos nuestros primeros varanos acuáticos (Varanus salvator) nada menos que el segundo lagarto más grande del planeta después del dragón de Komodo (Varanus komodoensis), alcanzando entre 2.5-3m. de longitud y 60-90 kg. de peso. A diferencia del dragón de Komodo, el varano acuático presenta una distribución amplia en el sudeste asiático, llegando a ser muy abundante en entornos urbanos, donde no goza de buena prensa a nivel local, ya que a pesar de que es inofensivo para los humanos, suele depredar gallinas, pollos o huevos, por lo que en algunos parques de Bangkok son habituales los controles poblacionales. Rumbo de nuevo a Bangkok realizamos la que sería nuestra última parada del día, en el templo de Wat Tha Thaksinaram, a orillas del río Chao Phraya, donde nos aguardaba una espectacular colonia de varios miles de ejemplares de zorro volador de Lyle (Pteropus lylei). La presencia de estos gigantes frugívoros en lugares de culto no es casual, la caza ilegal mermó históricamente sus poblaciones en el país, por lo que los templos actúan en muchos casos como pequeñas reservas donde las colonias permanecen a salvo. Allí realizamos un pequeño recorrido en torno al templo mientras esperábamos que cayera la noche para poder disfrutar de la salida de los zorros voladores hacia sus zonas de alimentación, una experiencia más que recomendable. Entre los abundantes barbudos caldereros (Psilopogon haemacephalus) observamos nuestros primeros barbudos listados (Psilopogon lineatus) y aguiluchos laguneros orientales (Circus spilonotus) mientras otras especies relativamente frecuentes, como la gallineta pechiblanca (Amaurornis phoenicurus), el alción de Esmirna (Halcyon smyrnensis) o el estornino cabecigris (Sturnia malabarica) se iban sumando a la lista. Aunque sin duda la observación más destacada fue la de tres ibis orientales (Threskiornis melanocephalus) que nos sobrevolaron con las últimas luces siguiendo el curso del canal, y que serían los únicos que observaríamos durante el viaje.


Templo de Wihan Phra Mongkhon Bophit

Templo de Si Sanphet, Ayutthaya. s.XV

Ardilla indochina (Callosciurus finlaysonii) en los jardines de Ayutthaya

Varano acuático (Varanus salvator)

Templo de Wat Tha Sung Thaksinaram 

Zorros voladores de Lyle (Pteropus lylei)
 
Colonia de zorros voladores de Lyle, templo de Wat Tha Sung Thaksinaram

Gallineta pechiblanca (Amaurornis phoenicurus)

Hembra de aguilucho lagunero oriental (Circus spilonotus). Foto: Álvaro García 

Puerto deportivo de I Chaiyut

Barbudo calderero (Psilopogon haemacephalus)

Barbudo lineado (Psilopogon lineatus)

Gecko plano (Gehyra mutilata)


Con fuerzas renovadas tras descansar del agotador viaje y la primera jornada, pusimos rumbo a las famosas salinas de Pak Thale, en un desplazamiento que nos llevaría algo menos de tres horas. Especies como la carraca indochina (Coracias affinis) o el cuervo picudo (Corvus macrorhynchos) amenizaban el viaje, siendo frecuentes en los omnipresentes y caóticos tendidos eléctricos de Tailandia. Aun circulando al norte de Bangkok, un marabú menor​ (Leptoptilos javanicus) nos sorprendió sobrevolando la carretera sin apenas darnos tiempo de reacción. Esta especie, invernante muy rara en el país, cuenta con una pequeña población residente reintroducida al sureste de Bangkok, de la que probablemente proviniera este ejemplar. Una vez abandonamos la autopista rumbo Pak Thale, el paisaje urbano fue dejando hueco a los arrozales y balsas de acuicultura, donde daban buena cuenta de ellos algunos alciones acollarados (Todiramphus chloris) y milanos negros de orejas negras (Milvus migrans lineatus/formosanus). Sin apenas detenernos, salvo con un espectacular grupo de tántalos indios (Mycteria leucopehala) que se alimentaba junto a la carretera, atravesamos las salinas dirección a las oficinas de Mr.Daeng (mrdaengbirdwatching@gmail.com) donde acordamos una salida en barco a la barra de arena para las 14h por un precio de en torno a 10€/pers.


Carraca indochina (Coracias affinis)

Cuervo picudo (Corvus macrorhynchos)

Miná grande (Acridotheres grandis)

Milano negro de orejas negras (Milvus migrans lineatus/formosanus)

Alción acollarado (Todiramphus chloris)

Grupo de garcetas, cormoranes y tántalos indios

Tántalo indio (Mycteria leucocephalus)

Tántalos y cormoranes indios (Phalacrocorax fuscicollis)

Puerto pesquero donde se encuentran las oficinas de Mr. Daeng


Ya más tranquilos tras cerrar la reserva, visitamos la zona de Pak Thale donde días atrás se había registrado un correlimos cuchareta (Calidris pygmaea). Durante nuestra infructuosa búsqueda de varias horas bajo un sol inclemente, disfrutamos de medio centenar de especies entre las que destacaban en número diversos grupos de chorlitejo mongol grande (Anarhynchus leschenaultii) y correlimos cuellirrojo (Calidris ruficollis), en los que se intercalaban en cifras más modestas, de mayor a menor número, chorlitejos mongoles tibetanos (Anarhynchus atrifrons), archibebes finos (Tringa stagnatilis), correlimos falcinelos (Calidris falcinellus), chorlitos dorados siberianos (Pluvialis fulva) y correlimos dedilargos (Calidris subminuta) así como otras pocas especies de limícolas comunes en Europa. El tiempo que restaba hasta las 14h. lo invertimos en visitar una zona cercana de manglar, donde sumamos alguna especie propia de este hábitat, como el pequeño gerigón sulfúreo (Gerygone sulphurea) o los singulares saltarines del fango de Boddart (Boleophthalmus boddarti) a los cuales sorprendimos alimentándose con marea baja. Los saltarines o peces del fango pertenecen a la familia Oxudercidae, que en la actualidad cuenta con 32 especies vivas. Estos góbidos propios de lodos intermareales, son conocidos por sus adaptaciones evolutivas que les permiten completar parte de su ciclo fuera del agua, ya que cuentan con aletas pectorales reforzadas a modo de extremidades y pueden respirar mediante una reserva de agua que trasportan en sus cámaras branquiales, la cual complementan obteniendo oxigeno atmosférico a través de la piel. 


Cartel de las salinas de Pak Thale con el icónico correlimos cuchareta

 Salinas de Pak Thale

Grupo de limícolas con predominancia de chorlitejo mongol grande (Anarhynchus leschenaultii)

Chorlito dorado siberiano (Pluvialis fulva)

Grupo mixto de limícolas en Pak Thale

Correlimos dedilargo (Calidris subminuta)

Correlimos cuellirrojos (Calidris fuscicollis) y dedilargo (Calidris subminuta)

Correlimos falcinelo (Calidris falcinellus)

Punto final del camino del manglar de Pak Thale

Lagarto mariposa (Leiolepis belliana)

Gerigón sulfúreo (Gerygone sulphurea)

Saltarín del Fango de Boddart (Boleophthalmus boddarti)


A la hora concertada nos acercamos hasta el muelle para comenzar nuestra salida en barca hasta la barra de arena, ineludible si se quieren observar algunas especies como el chorlitejo malayo (Charadrius peronii), chorlitejo cariblanco (Charadrius dealbatus), garceta china (Egretta eulophotes) o garceta de arrecife (Egretta sacra) y especialmente si no se van a visitar zonas costeras más meridionales a Pak Thale. Aunque nos hubiera gustado poder coincidir en persona con Mr. Daeng, conocido por su activa implicación desde hace años en la conservación de las áreas de reproducción del chorlitejo malayo, no fue posible debido a que se encontraba guiando un grupo. Tras un breve recorrido a través del manglar, donde cabe destacar la observación de varios alciones capirotados (Halcyon pileata) y alguna garcilla azulada (Butorides striata) llegamos a la barra de arena, donde para nuestra suerte, las cuatro especies objetivo de esta excursión fueron apareciendo sin mayor problema. Tras un dilatado rato de observación decidimos regresar para aprovechar lo que restaba de tarde en las salinas, sumando algunas especies de interés no observadas por la mañana, entre los que se encontraban varios grupos de correlimos grandes (Calidris tenuirostris), algunos falaropos picofinos (Pahalaropus lobatus) y el que sería nuestro único archibebe moteado (Tringa brevipes) del viaje. Una vez agotamos las últimas luces pusimos rumbo hasta el PN de Kaeng Krachan, en un desplazamiento que nos llevaría cerca de una hora y media. Las siguientes tres noches nos alojamos en el Baan Maka Nature Lodge, una opción muy recomendable para los amantes de la naturaleza que visitan Kaeng Krachan, ya que el hotel se encuentra a pocos minutos del parque y rodeado por amplias zonas de selva, además de disponer de rutas nocturnas para la observación de fauna. Tras degustar una estupenda cena en el restaurante del Baan Maka, donde tuvimos la suerte de coincidir no solo con amigos pajareros españoles, si no también con un insecto palo gigante (Phaenopharos khaoyaiensis) que ostenta el récord de tamaño dentro de los fásmidos, nos retiramos a descansar a nuestras habitaciones tras una intensa y agotadora jornada. 


Trayecto en barca a través del manglar

Alcíon capirotado (Halcyon pileata)

Vista general de la barra de arena

Garceta china (Egretta eulophotes)

Garceta china y gaviotas centroasiáticas (Chroicocephalus brunnicephalus)

Garceta grande (Ardea alba), china (Egretta eulophotes) y de arrecife (Egretta sacra)

Chorlitejos malayos (Charadrius peronii)

Hembra de chorlitejo cariblanco (Charadrius dealbatus)

Concentraciones de diversas limícolas en el Hotspot de Pak Thale área general

Varios correlimos grandes (Calidris tenuirostris)

Agujas colinegras (Limosa limosa) y archibebes finos (Tringa stagnatilis)

Salinas de Pak Thale al atardecer

Templo budista de Wat Nok Pak Ta Le

Insecto palo gigante (Phaenopharos khaoyaiensis)


A las 5:30h nos encontramos en la cafetería del alojamiento para disfrutar de un rico desayuno, amenizado por el llamativo canto de una arrenga común (Myophonus caeruleus). Con las primeras luces pusimos rumbo a la entrada del parque nacional. Entre un nuevo y amplio abanico de especies, las primeras en aparecer fueron varios abejarucos esmeralda orientales (Merops orientalis) y cabecirrufos (Merops leschenaulti), drongos de raquetas grandes (Dricurus paradiseus), artamos cenicientos (Artamus fuscus) e incluso una musaraña arborícola, concretamente de la especie tupaya de Belanger (Tupaia belangeri). Estas cedieron el protagonismo una vez alcanzamos la entrada del PN de Kaeng Krachan a otras como el mina vinoso (Acridotheres leucocephalus), bisbita oriental (Anthus rufulus), abejero oriental (Pernis ptilorhynchus) o el drongo crestudo (Dicrurus hotenttotus). Tras cruzar la entrada, previo pago de 300 THB (7,84€ por persona) acompañados de la algarabía de varios cálaos cariblancos (Anthracoceros albirostris), comenzamos nuestra andadura a través de los primeros 15 km. de carretera, hasta alcanzar el primer campamento. No hizo falta mucho tiempo para que confirmáramos en primera persona algunas advertencias de colegas en cuanto a la dificultad que entrañan las selvas asiáticas para la observación de aves, aunque con paciencia y esfuerzo fuimos sumando poco a poco nuevas especies, entre las que destacó una imponente culebrera chiíla (Spilornis cheela) perchada en el dosel arbóreo. 


PN de Kaeng Krachan

Abejaruco cabecirrufo (Merops leschenaulti)

Tupaya de Belanger (Tupaia belangeri)

Drongo de raquetas grandes (

Mina vinoso (Acridotheres leucocephalus)

Cartel indicando la presencia de grandes mamíferos en la carretera de Kaeng Krachan

Cálao cariblanco (Anthracoceros albirostris)

Shama malabar (Copsychus malabaricus)

Culebrera chiíla (Spilornis cheela)

Escarabajo Periclitena vigorsii


Continúanos nuestro ascenso realizando paradas periódicas en los puntos con mayor visibilidad. Al menos en esta época del año, la sensación subjetiva es de una baja densidad de aves, a lo que se suma la configuración del hábitat (bosques densos, de gran altura y escasa visibilidad) por lo que conviene prestar atención a cada sonido que vamos escuchando, intentando con paciencia localizar cada especie, lo que en no pocas ocasiones nos acabará llevando a agrupaciones interespecíficas que compensarán los periodos de quietud. Incluso en estos ambientes tan exuberantes las aves muestran dos periodos muy marcados de actividad, que comprenden desde el amanecer hasta las 11:00-12:00h. y desde las 15:00h hasta el anochecer, que durante el mes de noviembre es en torno a las 18:00h. Aunque en Tailandia se encuentra muy arraigado el uso de reclamo por parte de guías y observadores/as dada la dificultad que entraña el hábitat, en nuestro caso decidimos no usarlo salvo con algunas especies muy concretas. Un truco recurrente en el sudeste asiático es la imitación del mochuelo acollarado (Taenioptynx brodiei) algo que puede leerse en blogs u observar in situ en infinidad de ocasiones. El reclamo de esta especie de hábitos ornitófagos, que ostenta el título de ser el búho más pequeño de Asia, provoca cierta excitación en una amplia gama de especies, que por unos segundos acuden brevemente a acosar a su potencial depredador. 

Conforme avanzábamos por la carretera, los rastros y excrementos de elefante asiático (Elephas maximus) fueron cada vez más abundantes, aunque  no tuvimos la suerte de coincidir con la especie, ya que al menos en las zonas de uso público sus hábitos son principalmente nocturnos. Además de elefantes asiáticos, Kaeng Krachan cuenta con una pequeña población de leopardo (Panthera pardus) y tigre (Panthera tigris), en el caso del segundo relegado a las manchas vírgenes limítrofes con la frontera de Myanmar. Cerca de la carretera se observan algunos encharcamientos ricos en sales minerales, a los cuales merece la pena prestar atención a pesar de su poco apetecible aspecto, ya que son de interés para numerosas especies de mariposas que acuden al lugar a alimentarse. A pesar de no ser las mejores fechas, en poco tiempo es posible observar un gran número de ejemplares, entre los que se encuentran algunas especies de coloraciones muy vistosas. Tras sumar algunas especies de aves, como abejaruco barbiazul (Nyctyornis athertoni), vencejo arborícola culigrís (Hemiprocne longipennis) o barbudo orejiverde (Psilopogon faiostrictus) y algún que otro mamífero, como la ardilla negra gigante (Ratufa bicolor) alcanzamos el primer campamento, donde aprovechamos para tomar un pequeño almuerzo. Casi cuando nos disponíamos a marchar, contra todo pronóstico, varios locales nos dieron el aviso de que se estaba observando un oso malayo (Helarctos malayanus) en las cercanías de la cafetería, así que sin mas dilación acudimos al punto, donde pudimos disfrutar a pocos metros de esta inesperada especie. Al parecer, se trata de un habitual de la zona que se encuentra bastante habituado a la presencia humana, pese a todo, sus visitas son impredecibles y no suelen durar mucho tiempo.  


Diversas especies de mariposas observadas en el PN de Kaeng Krachan

Charcos ricos en sales donde acuden las mariposas a alimentarse

Abejaruco barbiazul (Nyctyornis athertoni)

Excrementos de elefante asiático (Elephas maximus)
 
Saltamontes de la especie Erianthus versicolor
 
Ardilla gigante negra (Ratufa bicolor)

Barbudo orejiverde (Psilopogon faiostrictus)

Flor del género Typhonium

Oso malayo (Helarctos malayanus)

Oso malayo en el PN de Kaeng Krachan


Tras este subidón en forma de úrsido, proseguimos poco más de un kilómetro hasta alcanzar el primer río que atraviesa el camino, momento en que no nos quedó mas remedio que continuar a pie, ya que con un vehículo normal no es muy recomendable atravesar el cauce. Durante este recorrido sumamos algunas especies de interés, como el abejaruco barbirrojo (Nyctyornis amictus), el águila milana (Ictinaetus malaiensis) o el icónico cálao bicorne (Buceros bicornis) que nos brindó una observación cercana en la que pudimos disfrutar de su enorme tamaño y llamativa coloración, antes de que los dos ejemplares emprendieran un ensordecedor vuelo. También en este tramo observamos nuestros primeros primates del viaje, concretamente varios langures de anteojos (Trachypithecus obscurus) y un gibón de manos blancas (Hylobates lar) los cuales se encontraban afanados en una persecución, poniendo de manifiesto sus increíbles dotes de acróbatas. Tras este fructífero paseo, regresamos al vehículo para emprender el camino de vuelta al alojamiento, observando algunas especies nuevas como irena dorsiazul (Irena puella) o gallo bankiva (Gallus gallus) noble antecesor silvestre de las gallinas que hoy pueblan todo el mundo. Cerramos nuestra primera jornada en Kaeng Krachan observando con las últimas luces del día un breve macaco rabón (Macaca arctoides) al cual sorprendimos cruzando la carretera. 

   
Uno de los tres cauces que atraviesan el camino de Kaeng Krachan tras el campamento

Abejaruco barbirrojo (Nyctyornis amictus)

Langur de anteojos (Trachypithecus obscurus)

  Gibón de manos blancas (Hylobates lar

Un tramo del camino de Kaeng Krachan con predominancia de bambúes

Renacuajos de la rana manchada Clinotarsus penelope

Águila milana (Ictinaetus malaiensis)

Araña seda de oro gigante (Nephila pilipes)

Macho de cálao bicorne (Buceros bicornis)

Macho de irena dorsiazul (Irena puella)

Macho de gallo bankiva (Gallus gallus)

Macaco rabón (Macaca arctoides)


Una vez regresamos al Baan Maka y repusimos fuerzas con una deliciosa cena, comenzamos nuestra ruta nocturna guiada por el entorno del alojamiento. Estas salidas se reservan directamente en el hotel, tienen una duración de dos horas y comienzan a las 19:00h. Su precio, casi simbólico, de apenas 5€/pers. está más que amortizado. Durante nuestra estancia en el Baan Maka realizamos varias rutas nocturnas, durante las cuales observamos algunas especies de aves, varias de ellas durmiendo, como en el caso del papamoscas boreal (Ficedula albicilla) o la tordina pechiestriada (Pellorneum ruficeps) pero también en plena actividad, como el nínox pardo (Ninox scutulata). Además de esta nocturna, no fue difícil escuchar el canto de otras como autillo chino (Otus lettia), autillo oriental (Otus sunia), o lechuza cornuda oriental (Phodilus badius) que pese a nuestro esfuerzo no quisieron prestarse a la observación. No faltaron innumerables especies de invertebrados, varios anfibios, como la rana globo (Kaloula pulchra) o el sapo común asiático (Duttaphrynus melanostictus), reptiles, como la serpiente comedora de babosas (Pareas carinatus) o el gecko tokay (Gekko gecko), uno de los más grandes del mundo, e incluso algunos mamíferos, como el murciélago cinóptero de Müller (Cynopterus bracyotiso el loris perezoso de Bengala (Nycticebus bengalensis) un raro y amenazado primate nocturno de pausados movimientos. 


Rana globo (Kaloula pulchra)

Caracol gigante africano (Lissachatina fulica). Especie exótica

Gecko tokay (Gekko gecko)

Serpiente comedora de babosas (Pareas carinatus)

Sapo común asiático (Duttaphrynus melanostictus)

Nínox pardo (Ninox scutulata)

Tarántula Cyriopagopus minax

Cinóptero de Müller (Cynopterus bracyotis)

Tordina pechiestriada (Pellorneum ruficeps)

Loris perezoso de Bengala (Nycticebus bengalensis)


Para la segunda jornada en Kaeng Krachan contratamos los servicios de Mr. Piak (Precio 100€ jornada) los cuales concertamos con un mes de antelación a través del mail del Baan Maka (baanmaka@yahoo.com) y con quien acordamos vernos a las 5:45 en el restaurante del alojamiento. Allí nos recogió con una pick up 4x4 con la cual visitaríamos las partes altas del parque nacional, realizando durante el trayecto distintas paradas en las zonas que consideró de mayor interés. Aun en las zonas bajas del parque, especies como picatroncos pizarroso (Mulleripicus pulverulentus), palomita esmeralda cabecigrís (Chalcophaps indica), papamoscas verdín (Eumyias thalassinus) o algún mamífero como el muntíaco de la India (Muntiacus vaginalis) fueron sumándose a la lista. Tras un desplazamiento de una hora y media alcanzamos las zonas altas, donde a pesar de algo de niebla sumamos varias decenas de especies no observadas anteriormente (ver lista completa), entre ellas un grupo de cálaos gorjinegros (Rhyticeros undulatus), monarca del paraíso oriental (Terpsiphone affinis), o suimanga carirrubí (Chalcoparia singalensis) por citar tan solo algunas. 

A la hora de comer visitamos el campamento de Panoen Tong, cerca de la cota máxima del parque a 939 m.s.n.m. Allí degustamos varios platos de cocina tailandesa, alguno de ellos más picante de lo que nos hubiera gustado. En general, la comida en Tailandia es rica, variada y su precio es muy barato, aunque si no te gusta el picante debes ser insistente a la hora de señalarlo, pese a todo, en alguna ocasión no habrá forma de librarse. Una vez repusimos fuerzas comenzamos a descender, no sin antes detenernos a observar un grupo de langures de Robinson (Presbytis robinsoni) y de anteojos (Trachypithecus obscurus) que curioseaban cerca del camino. Tras varias paradas alcanzamos las zonas bajas del parque a la caída de la tarde, donde especies como el pito sultán grande (Chrysocolaptes guttacristatus), el pito cano (Pitus canus) o el miná religioso (Gracula religiosa) se mostraban bastante activos. El canto de un búho nepalí (Ketupa nipalensis) no muy lejos de nuestra posición cerró la tarde en Kaeng Krachan, ante la atónita mirada de nuestro guía y un grupo de observadores/as chinos, con los cuales coincidimos en esta última parada. Camino nuevamente del Baan Maka levantamos de la carretera un chotacabras macruro (Caprimulgus macrurus) que marcó el final del día. Nos despedimos de Mr. Piak tras una intensa y fructífera jornada con cerca de 70 especies observadas, algunas de ellas detectadas gracias a su intensa labor.
Número observad

Med



Hembra de picatroncos pizarroso (Mulleripicus pulverulentus)

Muntíaco de India (Muntiacus vaginalis)

Hembra de palomita esmeralda cabecigrís (Chalcophaps indica)

Papamoscas siberiano (Muscicapa sibirica)

Papamoscas cabecigrís (Culicicapa ceylonensis)

Macho de verdín aliazul (Chloropsis moluccensis)

Vistas de Kaeng Krachan desde el Campamento de Panoen Tong

Campamento de Panoen Tong

Langur de Robinson (Presbytis robinsoni)

Langur de anteojos (Trachypithecus obscurus)

Macho de minivet escarlata (Pericrocotus speciosus)

Hembra de monarca nuquinegro (Hypothymis azurea)

Mosquitero cejiblanco (Abroscopus superciliaris)

Miná religioso (Gracula religiosa)

Cangrejo Demanietta khirikhan


La última mañana que pasamos en el entorno de Kaeng Krachan la invertimos en visitar uno de los hides ofertados en el alojamiento, antes de emprender nuestro camino hasta las salinas de Khok Kham, cerca de Bangkok. Estos hides tienen un precio de 25-30€ la jornada completa y hay varias opciones entre las que elegir. Tras consultar en el Baan Maka y teniendo en cuenta que no era época de reproducción elegimos el "Bird's hide" que ofrece un abanico variado de especies atraídas por aporte de grano y un pequeño bebedero. Se trata de una opción más que recomendable si se quiere disfrutar de una manera sosegada de algunas especies huidizas en campo o si se tiene un interés fotográfico. En nuestro caso tan solo dedicamos las dos primeras horas de la mañana, sumando algunas especies como charlatán acollarado chico (Garrulax monileger) o charlatán crestiblanco (Garrulax leucolophus) entre otras ya observadas anteriormente y varias ardillas de vientre gris (Callosciurus caniceps), siendo la observación más relevante la de una breve urraca verde (Cissa chinensis) que apenas se detuvo en su trasiego. En el entorno del hide también observamos varias especies nuevas, como un grupo de bulbules cabecinegros (Microtarsus melanocephalos) o un águila montañesa (Nisaetus nipalensis), observaciones amenizadas por los incesantes sonidos de una hembra de pito sultán grande (Chrysocolaptes guttacristatus) afanada en la construcción de su oquedad. 


Charlatán acollarado chico (Garrulax monileger)

Macho de palomita esmeralda cabecigrís (Chalcophaps indica)

Ardilla de vientre gris (Callosciurus caniceps)

Hembra de gallo bankiva (Gallus gallus)

Entorno el hide, en el límite del PN de Kaeng Krachan

Charlatán crestiblanco (Garrulax leucolophus)

Hembra de pito sultán grande (Chrysocolaptes guttacristatus)

Plantaciones de papaya (Carica papaya)

Cultivo de caucho (Hevea brasiliensis)

Alción de Esmirna (Halcyon smyrnensis)


Tras un desplazamiento de más de dos horas alcanzamos las salinas de Khok Kham, próximas a la capital de Tailandia. A pesar de su pequeño tamaño, se trata de un enclave magnífico para la observación de aves limícolas, y al igual que Pak Thale cuenta con un pequeño contingente invernante de correlimos cuchareta (Calidris pygmaea) de manera regular, al menos desde mediados de los 90. La diversidad de especies es algo menor que en las archiconocidas salinas de Pak Thale, aunque a su favor juega que las distancias de observación suelen ser más cortas, por lo que es una buena opción complementaria si se quiere disfrutar de esta amenazada especie. El correlimos cuchareta, elevado a icono de la conservación, debe su fama a su característico diseño evolutivo de pico aplanado, insólito entre las aves limícolas, y a su dramática situación, ya que se encuentra catalogado como en Peligro crítico y su población reproductora cuenta con una estima máxima de 228 pp. (2014) a nivel mundial. Con estos mimbres, no es de extrañar que sea el indiscutible protagonista de la localidad, donde goza de carteles y esculturas en el aparcamiento del Bird Center, junto a los que uno puede fotografiarse cual famoso en un photocall (inevitable) además de uno de los principales actores en todas las escapadas ornitológicas con destino a Tailandia.

Bajo un sol de justicia, comenzamos nuestra andadura a través de los balates de las salinas, dilucidando entre los frescos y los secos, un detalle que puede parecer trivial a priori, pero que entraña cierta importancia si uno no quiere quedarse atrapado en el fango y además ser apercibido, con toda la razón, por los habitantes locales. Tras lo que nos pareció un lustro de búsqueda (45 min.) quizás a causa de la ansiedad y la temperatura, finalmente pudimos localizar un ejemplar del anhelado correlimos cuchareta, el cual provocó ipso facto que obviáramos al resto de habitantes de la salina, entre los que se encontraban grandes grupos de chorlitejo mongol tibetano (Anarhynchus atrifrons), correlimos cuellirrojo (Calidris ruficollis), falcinelo (Calidris falcinellus), zarapitín (Calidris ferruginea) y archibebe fino (Tringa stagnatilis), entre otras especies. Para nuestra sorpresa, en un barrido posterior localizamos un segundo ejemplar, lo que puso la guinda a nuestra visita a Khok Kham. Lo que restaba de luz lo invertimos en los arrozales cercanos, entre diversas especies de acuáticas, paseriformes y rapaces, destacaron una quincena de milanos de brahmán (Haliastur indus) rumbo a un dormidero próximo. Tras una estupenda jornada, nos retiramos a descansar a los cercanos apartamentos W Residence, con muy buena relación calidad precio.


Macho de suimanga ornado (Cynniris ornatus)

Chorlitejos mongoles tibetanos (Anarhynchus atrifrons)

Archibebe fino (Tringa stagnatilis)

Correlimos cuchareta (Calidris pygmaea)

Correlimos cuchareta, detalle del pico en vista frontal

Correlimos cuchareta junto a un chorlitejo mongol tibetano

Correlimos cuchareta, vista de perfil

Milano de brahmán (Haliastur indus)


Tras descansar a pierna suelta, al día siguiente visitamos nuevamente los arrozales de Lat Krabang--Thap Yao, en la que sería nuestra última parada de esta etapa antes de coger un vuelo con Vietjet Air (95€ pers.) en el aeropuerto de Bangkok, rumbo a Chiang Mai. Con las primeras luces atravesamos Bangkok, que aun gozaba de un tráfico fluido, quizás por ser una mañana de domingo. Una vez en los arrozales, a los que dedicamos algo más de dos horas antes de marchar hacia el aeropuerto, conseguimos sumar algunas especies no observadas hasta entonces, entre otras, polluela cejiblanca (Poliolimnas cinereus), jacana bronceada (Metopidius indicus), prinia ventriamarilla (Prinia flaviventris), carricerín cejinegro (Acrocephalus bistrigiceps) o  bisbita de Richard (Anthus richardi), aunque quizás la especie más destacada fue un  drongo de raquetas pequeñas (Dricurus remifer), rara en este área, donde se comporta como un invernante escaso. Habiendo superado el medio centenar de especies en apenas dos horas y sin tiempo para más, muy a nuestro pesar pusimos rumbo a la terminal para facturar los equipajes, donde nos despedimos de Bangkok por unos días disfrutando de un halcón peregrino (Falco peregrinus japonensis). Aun nos esperaban las montañas de Doi Inthanon, Doi Pha y otras localidades de interés, pero eso queda para la siguiente entrada. 

  
Centro financiero de Bangkok

Atravesando Bangkok rumbo al aeropuerto

Avefría ceniza (Vanellus cinereus)

Alcaudón pardo (Lanius cristatus)

Drongo de raquetas pequeñas (Dricurus remifer)

Bisbita de Richard (Anthus richardi)

Jacana bronceada (Metopidius indicus)

Carricerín cejinegro (Acrocephalus bistrigiceps)

Avetorillo chino (Ixobrychus sinensis)

Polluela cejiblanca (Poliolimnas cinereus)

Tortolita estriada (Geopelia striata)

Halcón peregrino (Falco peregrinus japonensis)

Capuchino punteado (Lonchura punctulata)

Hembra de shama oriental (Copsychus saularis)



Viaje ornitológico a Tailandia (I): Bangkok, Pak Thale, Kaeng Krachan y Khok Kham
https://amantesdelaornitologia.blogspot.com/2023/12/viaje-ornitologico-tailandia-i-bangkok.html

Viaje ornitológico a Tailandia (II): Doi Inthanon, Doi Pha, Nong Bong Khai y Triángulo de oro
https://amantesdelaornitologia.blogspot.com/2024/01/viaje-ornitologico-tailandia-ii-doi.html?m=0

Viaje ornitológico a Tailandia (III): Phuket, islas Phi Phi e islas Similan
https://amantesdelaornitologia.blogspot.com/2024/02/viaje-ornitologico-tailandia-iii-phuket.html?m=0

Crónica de viaje (eBird)
https://ebird.org/tripreport/175299

Otras especies de interés (lista en PDF)

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