miércoles, 26 de junio de 2024

Graellsia isabelae en la Sierra de Guadarrama

El pasado sábado 8 de junio disfrutamos de un encuentro muy esperado con la mariposa isabelina (Graellsia isabelae) en la Sierra de Guadarrama. Gracias a nuestro compañero Álvaro Díaz Pastor, que hizo las veces de guía, pudimos observar hasta siete ejemplares, entre ellos seis machos y una hembra, lo que ha dado pie a este breve resumen sobre la ecología de la especie. La primera pista sobre esta llamativa mariposa nocturna se conoció gracias al profesor de origen suizo Juan Mieg, que llegó a España en 1814 acompañando a Fernando VII en su regreso del exilio. Aunque nunca observó ejemplares enteros durante la realización del primer manual entomológico llevado a cabo en España, si encontró varios restos de alas en la Granja de San Idelfonso (Segovia) que imaginó debían pertenecer a Saturnia luna (de origen americano) o alguna especie similar, siendo él mismo quien animaría a Graells, descubridor de la especie, a continuar con la búsqueda de este misterioso lepidóptero. Tras varias temporadas de muestreo, la mariposa isabelina fue descubierta en 1848 por el reconocido naturalista Mariano de la Paz Graells en el pinar de los Llanos, Peguerinos (Ávila) y descrita oficialmente en 1849 bajo el nombre de Saturnia diana, que se corregiría como isabelae, en honor a la entonces reina de España Isabel II. 


Macho de Graellsia isabelae en la Sierra de Guadarrama el 08/06/2024


Ante el temor de que se le adelantaran otros entomólogos, Graells describió este nuevo lepidóptero por primera vez en una breve nota en francés titulada “Description d’un Lépidoptère nouveau de la tribu Saturnidés, appartenant à la Faune entomologique espagnole” descripción que ampliaría en sucesivas publicaciones realizadas entre 1850 y 1858.  Debido a error en la traducción, la especie se publicó originalmente como Saturnia isabellae en lugar de Saturnia isabelae, un error que se arrastra hasta nuestros días, por lo que aun podemos encontrar ambas denominaciones. Posteriormente, en 1896, Arthur Grote creó para ella el género Graellsia, en honor a su descubridor, basándose en algunas diferencias morfológicas con el género Actias, presente en América. Y aunque recientes estudios genéticos han situado a la especie dentro del género Actias, otros autores observan suficientes diferencias como para mantener el género Graellsia de manera independiente, del cual Graellsia isabelae sería el único representante a nivel mundial, así que en vista de que el debate sobre la situación taxonómica de la especie sigue abierto, ambas sinonimias se consideran válidas habitualmente. 

Los imagos de este satúrnido univoltino de vistosos colores se observan principalmente durante los meses de mayo y junio, aunque en algunas poblaciones, dependiendo del año, es posible observar ejemplares desde finales de marzo hasta agosto, en función de la climatología, latitud y rango altitudinal, que comprende desde los 100 a los 1.700 msnm. Durante su fase adulta, la cual oscila entre 2 y 16 días, los imagos no se alimentan, de hecho presentan una espiritrompa atrofiada, por lo que son incapaces de libar néctar o succionar otras sustancias, dependiendo completamente de las reservas energéticas que hayan acumulado durante su fase larvaria. Las larvas de la especie dependen exclusivamente de acículas de pino silvestre (Pinus sylvestris) y pino laricio (Pinus nigra) por lo que su distribución se encuentra limitada a algunas masas forestales de estas coníferas que actuaron como refugios glaciares durante el Último Máximo Glacial, hace 20.000 años. Una excepción son las poblaciones almerienses de Sierra María, localizadas en poblaciones mixtas de pino carrasco (Pinus halepensis) y pino resinero (Pinus pinaster) aunque la utilización de estas especies como planta huésped de las orugas está por confirmar, ya que en cautiverio se ha comprobado que las toleran mal, por lo que se cree que podrían corresponderse con ejemplares provenientes de masas de Pinus nigra que distan 6 km. de este área, dentro del ratio medio de 10 km. de dispersión que puede alcanzar la especie, aunque se han documentado desplazamientos de hasta varias decenas de kilómetros. 

 
Cuatro machos de Graellsia isabelae en la Sierra de Guadarrama

Distribución de los distintos haplotipos mitocondriales de Graellsia isabelae en España.
Fuente: Monasterio León et al. 2017, modificado de Marí-Mena et al. 2016.


Aunque la Graellsia isabelae se considera un endemismo ibérico, se conocen varias poblaciones en Francia (Montañas del Jura y Alpes Occidentales) las cuales han sido consideradas históricamente como introducciones realizadas a partir de ejemplares ibéricos, aunque esta hipótesis parece haber quedado desmentida por recientes análisis genéticos (Marí-Mena et al. 2016) ya que el haplotipo mitocondrial de las poblaciones francesas no ha sido encontrado por el momento en ninguna de las poblaciones ibéricas. La distribución ibérica de Graellsia isabelae se suele dividir en seis poblaciones que abarcan algunos de los principales sistemas montañosos de la península: (1) Sierra de Guadarrama, (2) Sierra de Albarracín, Montes Universales y Serranía de Cuenca, (3) Sierras de Cazorla, Segura y Alcaráz, (4) Pirineos occidentales, (5) Puertos de Beceite y (6) Cataluña-Pirineos orientales. Tradicionalmente se han considerado cinco subespecies en base a caracteres morfológicos: isabelae (sistemas Ibérico y Central), ceballosi (montañas béticas), paradisea (Pirineos orientales), roncanlensis (Pirineos occidentales y centrales) y galliaegloria (Francia), que guardan cierta relación con estas subpoblaciones y con la distribución de los distintos haplotipos, aunque en algunos casos no concuerda con estos últimos, como ocurre con las poblaciones de los Sistemas Central e Ibérico.  


Distribución de Graellsia isabelae en España. Fuente: Romo et al. 2012

Distribución global de Graellsia isabelae. Fuente: Romo et al. 2012



La especie muestra un acusado dimorfismo sexual. El macho se diferencia de la hembra por presentar antenas plumosas o bipectinadas, largas colas y alas más estilizadas, estos últimos rasgos como resultado de un mayor desplazamiento de vuelo durante el periodo reproductor, por lo que en las zonas de observación vinculadas a puntos de luz suele ser el sexo más abundante. Tras la cópula, la hembra realiza una puesta media de 100 huevos (entre 17-200 dependiendo del peso alcanzado) en pequeños grupos de 2 a 6-10 unidades, los cuales sitúa adheridos a la base de las acículas de los pinos o en pequeñas ramas, donde pasan desapercibidos gracias a su forma ligeramente aplanada y de tono verdoso. La puesta se realiza principalmente en las primeras tres noches desde la cópula, en distintos árboles, los cuales selecciona en base a su edad, preferentemente jóvenes, en zonas aclaradas, húmedas y soleadas. El periodo de incubación abarca de 12 a 40 días, con una media de 28, en función de la temperatura ambiental. Desde que nace hasta que se transforma en crisálida, la oruga atraviesa cinco estadios producto de cuatro mudas de piel, en cada uno de las cuales presenta una coloración distinta para adecuar el mimetismo críptico al tamaño de la larva, que en su último estadio puede superar los 80 mm. de longitud y los 6 gr. de peso. La duración media del estadio larvario es de 45 días, pudiéndose encontrar orugas desde primeros de junio hasta finales de agosto, según la altitud y el clima local y anual. Una vez alcanzado el máximo crecimiento, las orugas descienden del pino y se entierran unos centímetros en el suelo, construyendo un capullo de seda marrón-rojiza al que adhieren acículas secas a modo de camuflaje. Pasados tres días, y tras una última muda se forma la crisálida, que tras endurecerse permanecerá enterrada esperando las condiciones ambientales idóneas para eclosionar la primavera siguiente, aunque puede aguardar a la segunda primavera como consecuencia de una diapausa corta, bien por un invierno templado o una primavera fría, de manera que siempre existe un reservorio de crisálidas latentes. Para más información sobre la ecología de la especie se recomienda la lectura de Monasterio León et al. 2017.


Macho y hembra de Graellsia isabelae en la Sierra de Guadarrama el 08/06/2024



Bibliografía 

- Graells, M.P. 1849. Description d´un lepidoptere nouveau de la tribu des Saturnides apppatennant à la faune entomologuique espagnole. Revue et Magasin de Zoologie pure et apliquée. Ser. 2, Vol.1: 601-602. 

- Graells, M.P. 1850. Description d´un lepidoptere nouveau de la tribu des Saturnides apppatennant à la faune centrale de l´Espagne. Ann. Soc. Ent. Fr., 8: 241-245, pl. VIII. 

- Graells, M.P. 1851. Descripción de algunos insectos nuevos, pertenecientes a la fauna central de España. Mem. R. Acad. Cienc. Exact. Fis. Nat. Madr. (Serie Ciencias Naturales), Vol. 1, nº2: 109-163, lám. VIII-X. 

- Graells, M.P. 1852. Descripción de un lepidóptero nuevo perteneciente a la fauna central de España dedicado a S.M. las Reina Dña. Isabel II. 3pp + 1 lámina. Separata (Extracto del Tomo 1º, parte 2º, de la Colección de Memorias de la Real Academia de Ciencias de Madrid) Imprenta Aguado. Madrid.

- Graells, M.P. 1855. Memoria de los trabajos verificados en el año 1853 por las diferentes secciones de la Comisión encargada de formar el Mapa Geológico de la provincia de Madrid y el General del Reino. 71 pp. 

- Graells, M.P., 1858. Memoria de los trabajos verificados en el año 1855 por las diferentes secciones de la Comisión encargada de formar el Mapa Geológico de la provincia de Madrid y el General del Reino. 144 pp. Lámina V .

- Marí-Mena, N.; Lopez-Vaamonde, C.; Naveira, H.; Auger-Rozenberg, M.A.; Vila, M. 2016. Phylogeography of the Spanish Moon Moth Graellsia isabellae (Lepidoptera, Saturniidae). BMC Evolutionary Biology, 16:139.

- Monasterio León, Y. (coord.); García Carrillo, A.; Vicente Arranz, J.C.; Marí Mena, N.; Murria Beltrán, E.; Arce Crespo, J.I.; Escobés Jiménez R. 2017. La “graellsia”, Actias isabelae (Graells, 1849) Historia, genética, ecología, distribución y conservación de un emblema de nuestra fauna . Dirección General de Medio Natural y Política Forestal, Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Madrid. 58 pp.

- Romo, H., García-Barros, E., Martín, J., Ylla, J. y López, M. 2012. Graellsia isabelae. En: VV.AA., Bases ecológicas preliminares para la conservación de las especies de interés comunitario en España: Invertebrados. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Madrid. 53 pp

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