domingo, 4 de febrero de 2024

Viaje ornitológico a Países Bajos enero 2024

A finales de enero, contra todo pronóstico, un grupo de nueve amigos/as formado por Álvaro Díaz, María Moreno, Pablo de la Nava, Mario Fernández, Mar Labrador, Lourdes Berzas, Manuel Santa Cruz, Raquel Lozano y el que escribe, conseguimos cuadrar fechas para realizar una escapada ornitológica a Países Bajos, con el objetivo de disfrutar de la invernada de acuáticas, algunas especies objetivo y hacer algo de turismo. Esta estupenda escapada comprendió del 21 al 27 de enero, sumando un total de 117 especies de aves observadas (ver trip report). La razón de visitar Países Bajos durante el invierno es de sobra conocida en el mundo ornitológico, ya que es una de las principales zonas de invernada de las poblaciones euroasiáticas de gansos, con cifras inimaginables si las comparamos con nuestra cada vez más exigua invernada de acuáticas. Más de 2.4 millones de gansos (ver tabla en página 7) se dan cita en Países Bajos en este periodo, cuyas cifras por especie se dividen grosso modo en un 1.000.000 ánsares caretos (Anser albifrons), 700.000 barnaclas cariblancas (Branta leucopsis), 500.000 ánsares comunes (Anser anser), 50.000-100.000 * ánsares campestres de la tundra (Anser serrirostris) y 50.000 barnaclas carinegras (Branta bernicla). Estas cifras se completan en menor medida con otras especies como barnacla canadiense (Branta canadensis), ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca) y ánsar piquicorto (Anser brachyrhynchus) hasta alcanzar invernantes muy escasos, como el ánsar chico (Anser erythropus), o de aparición puntual, como el ánsar campestre de la tundra (Anser fabalis) o la barnacla cuellirroja (Branta ruficollis). 


Algunas de las especies observadas durante el viaje a Países Bajos
 
Recorrido del viaje entre el 21-27 de enero de 2024


Tras llegar al aeropuerto de Schiphol, Amsterdam, en torno a las 9:30h de la mañana del día 21, recogimos los dos vehículos de alquiler tipo SUV reservados previamente con la empresa Avis-Budget. Desde ahí pusimos rumbo al norte, realizando la primera parada en el Park van Luna de Butterhuizen, donde el 31 de diciembre se había citado un macho de cerceta del Baikal (Sibirionetta formosa). Con pocas esperanzas, al no existir registros posteriores, realizamos un breve repaso por las orillas del lago, a la par que observábamos distintas especies de acuáticas comunes, entre las que sobresalían en número silbones europeos (Mareca penelope), fochas comunes (Fulica atra) ánades azulones (Anas platyrhynchos) y porrones europeos (Aythya ferina). Después de un rato de infructuosa búsqueda repusimos fuerzas con unos deliciosos Oliebollen, continuando hasta la ciudad de Alkmaar, donde observamos a uno de los protagonistas del viaje, el ampelis europeo (Bombycilla garrulus). La suerte nos acompañó, ya que apenas bajamos del coche, los dos ejemplares citados días atrás llegaron volando hasta nuestra posición, emitiendo su característico reclamo. La razón de su presencia en este barrio residencial se debía a los frutos de varias matas de lo que parecía alguna especie de Viburnum, a los que se encontraban asociados. Pese a que durante el invierno 2023/24 ha habido cierto influx de ampelis en buena parte de Europa, siendo notable en Reino Unido y llegando incluso cuatro ejemplares a España, las cifras en Países Bajos han estado dentro de la media. Tras un largo rato de deleite con el beneplácito de los vecinos/as, visitamos el entorno del dique de Hondsbossche, donde a pesar del fuerte viento logramos observar algunos ejemplares de escribano nival (Plectrophenax nivalis) que buscaban refugio dentro de las dunas, así como varios grupos de negrón común (Melanitta nigra) y algún alcatraz atlántico (Morus bassanus). Sin tiempo para más, continúanos hasta Den Helder, donde cogeríamos el ferri hasta la isla de Texel, de apenas 20 minutos de duración. Ya de noche alcanzamos nuestro alojamiento, el Fletcher Hotel Restaurant de Cooghen, muy recomendable dada su relación calidad precio, donde nos retiramos a descansar tras una cata de cervezas locales.  


Ampelis europeo (Bombycilla garrulus) en Alkmaar

Hembra adulta de ampelis europeo

Hembra de 1º inv. de ampelis europeo

Pólder cercano al dique de Hondsbossche

Dique de Hondsbossche
  
Escribano nival (Plectrophenax nivalis) en formación dunar

Playa anexa al dique de Hondsbossche


A la mañana siguiente, algo más descansados después del viaje, comenzamos nuestra jornada en Texel, la más meridional de las Islas Frisias. Tras un estupendo bufé de desayuno marchamos hasta el intermareal de De Slufter, al noroeste de la isla.  Allí disfrutamos de un agradable paseo donde observamos un amplio abanico de especies, en las que como cabría esperar predominaron distintas acuáticas, limícolas y gaviotas, destacando nuestros primeros porrones osculados (Bucephala clangula) y éider común (Somateria mollissima), así como una concentración de más de 90 gaviones atlánticos (Larus marinus). Desde ahí nos desplazamos al este de la isla, cerca de De Waal, concretamente al sitio de interés de fácil pronunciación conocido como Dijkmanskijkhut, una extensa zona de pastos encharcados donde cientos de zorzales reales (Turdus pilaris) y zarapitos reales (Numenius arquata) buscaban alimento. Entre varios millares de gansos, en los que predominaban ánsares caretos (Anser albifrons), barnaclas cariblancas (Branta leucopsis) y barnaclas carinegras (Branta bernicla) de la subespecie nominal, también observamos varias barnaclas carinegras groenlandesas, pertenecientes a la subespecie hrota, la cual se distingue por presentar la extensa totalidad de los flancos de tono blanco. 

   
Zorzal real (Turdus pilaris)

Vista panorámica del intermareal de De Slufter, al norte de Texel
  
Varias acuáticas, limícolas y gaviotas en De Slufter

Grupo de ánsares caretos (Anser albifrons) junto a varias viviendas

Barnacla carinegra (Branta bernicla bernicla)

Barnacla carinegra groenlandesa (Branta bernicla hrota)


Entre esta algarabía, tras un rato de búsqueda localizamos a otra de las protagonistas del viaje, la barnacla cuellirroja (Branta ruficollis) de la que observamos dos ejemplares asociados a barnaclas cariblancas. Pese a que el 90% de la población mundial de barnacla cuellirroja (44.000-56.000 ind. en 2015) catalogada como Vulnerable por la UICN, inverna a orillas del Mar Negro, en Rumanía y Bulgaria, el desplazamiento al oeste, tanto de sus zonas de reproducción como de invernada durante las últimas décadas, ha propiciado un ligero aumento de los registros de esta especie en Europa occidental, donde aparece de manera puntual asociada a otras especies de gansos. Otra de las especies que acaparó cierto protagonismo, sobre todo por su número, fue un grupo de medio centenar de cisnes chicos (Cygnus columbianus) que se alimentaban en un barbecho cercano. El resto de la jornada lo invertimos en visitar varias localidades próximas al puerto de Texel, donde gastamos las últimas horas de luz antes de coger el ferri de vuelta, ya que nos esperaba un largo desplazamiento de más de dos horas hasta nuestro siguiente alojamiento en Ouddorp, en el sur del país.


Barnacla cuellirroja (Branta ruficollis) junto a otras especies de gansos

Dos ejemplares de barnacla cuellirroja en Texel

Cisnes chicos (Cignus columbianus)

Barnaclas cariblancas (Branta leucopsis) y ánsares caretos (Anser albifrons)

Barnacla cariblanca posiblemente afectada por virus de gripe aviar (H5N1)

Gaviota cana (Larus canus)

Arao común (Uria aalge) muerto recientemente en el puerto de Texel

Ferri que hace el trayecto desde Texel

Vistas desde el dique cercano al puerto de Texel


Al día siguiente, continuamos nuestro itinerario dirección Brouwersdam-Spuisluis donde visitamos gran parte de la zona sur del dique. Allí observamos nuestros primeros porrones bastardos (Aythya marila), más de una decena de eideres comunes (Somateria mollissima) y porrones osculados (Bucephala clangula) y más de medio centenar de serretas medianas (Mergus serrator). En el dique, entre los numerosos ostreros euroasiáticos (Haematopus ostralegus) se alimentaban varios correlimos gordos (Calidris canutus) y algún que otro correlimos oscuro (Calidris maritima) mientras que en algunas playas lejanas llegaban a atisbarse, presumiblemente, algunos individuos de foca gris (Haliechoerus grypus) tan abundante como la foca común (Phoca vitulina) en las costas neerlandesas. Nuestra siguiente parada nos llevaría más al sur, cerca de Burgh-Haamstede, en busca de otra subespecie de barnacla carinegra diferente a las dos observadas anteriormente. En este caso se trataba de la subespecie nigricans, cuyas zonas de reproducción comprenden el ártico siberiano oriental y norteamericano, por lo que su presencia en Europa es bastante escasa. Algunos autores reconocen una cuarta subespecie dentro de la barnacla carinegra conocida como orientalis, aunque generalmente suele englobarse dentro de nigricans, pues su taxonomía no está clara y fenotípicamente las diferencias son sutiles, asignables en muchos casos a la variación individual. A diferencia de bernicla y hrota, los ejemplares de nigricans presentan un doble collar, ancho y muy patente, no se percibe contraste entre el tono negro de cuello y dorso, y el parche blanco de los flancos queda restringido a la parte anterior (ver comparativa de subespecies más abajo). 


Playas cercanas a Burgh-Haamstede
    
Correlimos gordos (Calidris canutus) y correlimos oscuro (Calidris maritima)

Macho de éider común (Somateria mollissima)

Machos de porrón osculado (Bucephala clangula)

Distintas edades de gaviota argéntea (Larus argentatus)

Macho de serreta mediana (Mergus serrator)

Grupo de barnaclas cariblancas volando sobre el mar

Barnacla carinegra negra (Branta bernicla nigricans)

Barnacla carinegra de la ssp. nigricans entre ejemplares de la ssp. bernicla

Comparativa entre las tres subespecies de barnacla carinegra: bernicla, hrota y nigricans

  
Desde ahí nos desplazamos hasta el puerto exterior de Vlissingse, donde inverna desde 2019 un ejemplar de gavión hiperbóreo (Larus hyperboreus) que curiosamente encuentra buena parte de su sustento en una empresa de cribado de áridos. Durante esta observación aprovechamos para reponer fuerzas, acompañados por el único alca común (Alca torda) que veríamos en el viaje. Tras una estupenda mañana, el tiempo se complicó, dificultando la búsqueda de un grupo de ánsares chicos (Anser erythropus) en Lage Zwaluwe a los que dedicamos las últimas horas del día, los cuales habría que dejar para el día siguiente tras haber revisado bajo la lluvia varios millares de ánsares caretos (Anser albifrons). 


Adulto de gavión hiperbóreo (Larus hyperboreus) cerca de Vlissings
     
Gavión hiperbóreo alimentándose en un cribado de áridos

Alca común (Alca torda)

Grupo de ánsares caretos (Anser albifrons) en Lage Zwaluwe


Con una planificación bastante ajustada, dadas las distancias entre algunas localidades a visitar, comenzamos una nueva andadura visitando rápidamente el intermareal de Slikken van Voorne, donde con las primeras luces localizamos a las especies objetivo, que no eran otras que un bando mixto de 15 alondras cornudas (Eremophila alpestris) y 20 escribanos nivales (Plectrophenax nivalis). Sin más demora emprendimos la marcha hasta el polder de Strijen, donde de nuevo intentaríamos localizar ánsares chicos (Anser erythropus). Dada la extensión de la zona y el poco tiempo disponible, decidimos separar los coches para muestrear áreas distintas, lo cual dio buen resultado, ya que poco tiempo después el otro equipo nos avisó de que habían localizado un grupo de nueve ejemplares, de los cuales al menos dos portaban anillas de lectura a distancia, aun pendientes de remitir para conocer sus historiales de vida y país de procedencia. La población invernante de ánsar chico aumentó en Países bajos de unos 25 ind. en 1989 a máximos de 120-130 ind. en la década 2000-2010 (ver nota para más información sobre este periodo) en consonancia con los esfuerzos realizados en su conservación, aunque posteriormente el número volvió a descender, situándose en una horquilla próxima a los 40-60 individuos en 2023/24 según los registros presentes en eBird. Muy cerca de Strijen, dedicamos algo menos de una hora a la infructuosa búsqueda de un bisbita pechianteado (Anthus rubescens) que el invierno anterior supuso el primer registro de esta especie en Países Bajos, y que esta temporada ha vuelto a invernar en la zona, siendo presumiblemente el mismo ejemplar. Desde ahí, continuamos hasta la localidad de Molenlanden, donde visitamos los molinos de Kinderdijk, un conjunto histórico de 19 molinos construidos entre 1738 y 1740 catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997.  Ya casi sin luz alcanzamos el parque de Haarrijnseplas, en Utrecht, donde realizamos un breve y fútil intento de localizar un macho de silbón americano (Mareca americana) entre varios miles de silbones europeos (Mareca penelope) lo cual resultó imposible por la distancia. Nuestra última parada de un ajetreado día nos llevó a Utrecht, donde aprovechamos para conocer su centro histórico y degustar una estupenda cena, antes de continuar hasta nuestro próximo alojamiento en Zeewolde.


Zona intermareal de Slikken van Voorne

Alondra cornuda (Eremophila alpestris)

Grupo de escribanos nivales (Plectrophenax nivalis)

Grupo de nueve ánsares chicos (Anser erythropus)

Ánsares chicos en vuelo, en Strijen

Grupo de ánsares chicos aterrizando junto a barnaclas cariblancas

Liebre europea (Lepus europaeus)
   
Grupo de liebres europeas mostrando comportamiento de celo

Grupo de barnaclas cariblancas (Branta leucopsis)

Barnacla canadiense grande (Branta canadensis)

Molinos de Kinderdijk, Molenlanden

Centro de Utrecht

Iluminación nocturna de los canales de Utrecht


La jornada del día siguiente, algo más tranquila, la dedicamos a visitar la orilla sur del inmenso lago de 700 km2 de Markermeer y la reserva próxima de Oostvaardersplassen. Comenzamos la mañana buscando un macho de porrón bola (Aythya affinis) que no quiso aparecer, una buena excusa para revisar bien la lámina de agua visible, detectando entre las más de 40 especies presentes varias gaviotas del Caspio (Larus cachinnans), ánsares campestres de la tundra (Anser serrirostris) y nuestras primeras serretas chicas (Mergellus albellus), de las que observaríamos casi 30 ejemplares durante esa jornada. Continuamos recorriendo la carretera que discurre entre ambas zonas, con Markermeer al norte y Oostvaardersplassen al sur, realizando diversas paradas en las que se sumaron especies como bigotudo (Panurus biarmicus), pigargo europeo (Haliaeetus albicilla) o cisne cantor (Cygnus cygnus). Posteriormente visitamos el centro de interpretación y la cafetería de Oostvaardersplassen, donde aprovechamos para comer tras realizar un breve recorrido forestal en el que no faltaron especies comunes, como pico menor (Dryobates minor) o carbonero palustre (Poecile palustris). Desde ahí proseguimos hasta la zona sur de la reserva, concretamente al mirador de Grote Praambult, que desde su posición elevada permite un buen muestreo de las zonas encharcadas de la reserva, donde se alimentaban más de 6.000 gansos con predominancia de barnaclas cariblancas y ánsares campestres de la tundra, a lo que se sumaban varios centenares de cisnes con presencia de las tres especies, chico, cantor y vulgar. También resultaron llamativas las concentraciones de ciervo rojo (Cervus elaphus) fruto al parecer de recientes reintroducciones. En las grandes atalayas circundantes a estos prados se encontraban perchados hasta cinco pigargos europeos, esperando el momento adecuando para dar caza a alguna acuática, cuyos lances, siempre son precedidos por un caótico revuelo y una estruendosa algarabía. En esta zona gastamos nuestras últimas horas de luz buscando busardo calzado (Buteo lagopus) de presencia regular durante el invierno, y aunque no faltaron buenos candidatos, la escasa visibilidad y larga distancia de observación no nos permitieron confirmar su identificación. 


Orilla sur del lago de Markermeer

Bando de barnaclas cariblancas (Branta leucopsis)

Macho de serreta grande (Mergus merganser)

Hembra de porrón bastardo (Aythya marila) junto a moñudos (Aythya fuligula)

Gaviota del Caspio (Larus cachinnans) de 1º inv.
   
Machos de serreta chica (Mergellus albellus)

Extensiones palustres de la reserva de Oostvaardersplassen

Cisnes chicos (Cygnus columbianus) y cisne cantor (Cygnus cygnus)

Pigargo europeo (Haliaeetus albicilla) de 2º año

Telescopio Swaroski disponible de manera gratuita en el
centro de información de Oostvaardersplassen 

Carbonero palustre (Poecile palustris)

Diferentes especies de gansos en Oostvaardersplassen

Ciervos rojos (Cervus elaphus) en la reserva de Oostvaardersplassen


Comenzamos nuestra última jornada de pajareo en Países Bajos recorriendo el dique de Markerwaarddijk, donde a pesar del fuerte viento realizamos alguna parada de observación, disfrutando de una balsa de más de 800 porrones bastardos (Aythya marila) a los que acompañaban varias especies de serreta. A partir de aquí continuamos en dos equipos, uno de ellos visitó el conjunto de pueblos formado por Marken, Monnickendam y Volendam, y el otro continuó rumbo norte hasta Kornwerderzand, en el extremo oriental del dique de Afsluitdijk. Allí, el objetivo era observar algún ejemplar de pato havelda (Clangula hyemalis) los cuales se nos habían resistido durante el viaje.  Una vez en Kornwerderzand, comenzamos nuestra búsqueda escoltados por búnkeres de la II Guerra mundial, donde disfrutamos del cortejo de varias parejas de porrón osculado y de un buen número de ejemplares de las tres especies de serreta, grande, mediana y chica. Tras un rato, conseguimos localizar los dos machos de 1º inv. de pato havelda en uno de los embarcaderos, permitiéndonos tomar algunas fotografías. La siguiente parada nos llevaría al sur de Den Oever, donde por la mañana habíamos observado un grupo de más de 70 cisnes cantores (Cygnus cygnus), aunque en esta ocasión el objetivo era localizar un bando de varios millares de ánsares campestres de la tundra (Anser serrirostris) citados días atrás, lo cual no entrañó ninguna dificultad. Revisando este nutrido grupo pudimos observar los que serían nuestros únicos ánsares piquicortos del viaje (Anser brachyrhynchus) y ánsar campestre de la taiga (Anser fabalis) del viaje, del que tomamos algunas fotografías para su posterior confirmación. Esta especie ha pasado de ser un invernante regular en Países Bajos en la década de los 90 a ser de aparición puntual, no citándose ningún ejemplar algunos inviernos, lo que se debe en parte al desplazamiento de sus áreas de invernada hacia el este. Para entender mejor la evolución de esta especie tras su separación de la subespecie A. f. rossicus (hoy día tratada como especie bajo el nombre de A. serrirostris) se recomienda leer esta ponencia. 


Dique de Markerwaarddijk

Parte de una balsa de más de 800 porrones bastardos (Aythya marila)

Kornwerderzand

Macho de serreta grande (Mergus merganser)
     
Mergus serrator (Mergus serrator)

Varias parejas de porrón osculado (Bucephala clangula)

Macho de porrón osculado realizando cortejo

Otro de los pasos de cortejo de porrón osculado

Macho de serreta chica (Mergellus albellus)

Serreta chica en Kornwerderzand
   
Bunker de la II Guerra Mundial en Kornwerderzand

Macho de 1º inv de pato havelda (Clangula hyemalis)

Macho de 1º inv de pato havelda (Clangula hyemalis) con muda menos avanzada

Pato havelda en Kornwerderzand

Grupo de ánsares campestre de la Tundra (Anser serrirostris)

Ánsares campestres de la tundra al sur de Den Oever

Ánsar piquicorto (Anser brachyrhynchus), campestre de la tundra (Anser serrirosttris)
y campestre de la taiga (Anser fabalis)


Sin tiempo para más cogimos rumbo a Ámsterdam, realizando una última parada en un barrio residencial de Westerkoog, donde nos reunimos para comer con el otro equipo a la par que aprovechamos para intentar observar un pequeño bando de pardillo norteño (Acanthis flammea) con el que no hubo suerte. Desde ahí continuamos hasta nuestro hotel flotante en el muelle de Ámsterdam Central, donde habíamos reservado noche en el Avanti, uno de los muchos barcos convertidos en alojamiento que son enseña de esta turística ciudad, lo que sin duda es una buena opción si se quiere visitar el centro sin grandes desplazamientos. Tras dejar a un compañero que debía volverse un día antes en el aeropuerto de Schiphol y devolver los coches de alquiler, los dos conductores nos reencontramos con el resto del grupo en el muelle, para comenzar nuestra visita turística por el centro de Amsterdam, donde disfrutamos del ambiente y su cuidada iluminación nocturna, recorriendo los icónicos canales y un singular conjunto histórico del s.XVII catalogado como Patrimonio de la Humanidad. Agotamos nuestra última jornada en Países Bajos recorriendo sus calles de las que nos empapamos algo más gracias a un divertido freetour, antes de coger un vuelo con regreso a Madrid la tarde del 27 de enero. Despedidas aparte, la aventura neerlandesa tocaba a su fin, la cual no podemos dejar de recomendar si se quiere disfrutar de una espectacular invernada de aves acuáticas, en la que los actores principales fueron más de 30.000-40.000 gansos de hasta 10 especies. 


Barrio residencial de Westerkoog con presencia de pardillo norteño

Cotorra de Kramer (Psittacula krameri)

Barcos alquilados como alojamiento en Ámsterdam Central

Iluminación nocturna de la estación central de Ámsterdam

Iluminación nocturna en el centro de Amsterdam

Canales con la iglesia de Oude Kerk al fondo

Famosas casas inclinadas de Ámsterdam

Fotografía de grupo a la entrada del centro de Oostvaardersplassen


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