jueves, 26 de enero de 2023

Viaje ornitológico a Sudáfrica: Ciudad del Cabo

Tercera y última etapa de nuestro viaje ornitológico a Sudáfrica del 26 de octubre al 10 de noviembre. En la publicación anterior (ver entrada) tras finalizar nuestra estancia en el Parque Nacional de Kruger,  regresamos a Johannesburgo, donde descansaríamos una noche antes de tomar un vuelo local de poco más de dos horas que nos llevaría al aeropuerto internacional de Ciudad del Cabo. 

Con las primeras luces del día 3 de noviembre recogimos nuestro coche de alquiler en el propio aeropuerto, donde nos familiarizamos con las primeras especies comunes que nos acompañarían durante esta etapa del viaje, como cernícalo africano (Falco rupicolus), gaviota plateada surafricana (Chroicocephalus hartlaubii), cuervo pío (Corvus albus) o lavandera de El Cabo (Motacilla capensis) así como nuestro único cuervo indio (Corvus splendens) especie exótica introducida en el país y sujeta a campañas de erradicación, que pese a todo, aun cuenta con decenas de aves en el entorno de Ciudad del Cabo y Durban. Abandonamos la ciudad rumbo noroeste, dirección West Coast a través de la autopista 7 que bordeaba uno de los vertederos de la urbe, en el cual de disponer de tiempo merece la pena detenerse, ya que observamos una gran concentración de aves, entre las que destacaban decenas de milanos negros de pico amarillo (Milvus aegyptius), algún que otro pelícano común (Pelecanus onocrotalus) y una grulla del paraíso (Anthropoides paradiseus) haciendo flaca representación de su nombre. Nuestra primera parada quiso ser la Reserva Natural de Koeberg, una extensa mancha de vegetación costera que circunda la central nuclear homónima, aunque para nuestro pesar actualmente se encuentra cerrada al público. En este paraje observamos nuestras únicas gacelas saltarinas de El Cabo (Antidorcas marsupialis) mientras reestructuramos nuestro itinerario hasta llegar a la reserva de Grotto Bay.


Algunas de las especies observadas en el entorno de Ciudad del Cabo

Mapa con las zonas visitadas durante nuestra estancia en Ciudad del Cabo


Allí una breve parada nos recompensó con estupendas observaciones de un grupo familiar de avestruces (Struthio camelus), un macho de aguilucho negro (Circus maurus) y varias collalbas capirotadas (Oenanthe pileata) y bisbitas africanos (Anthus cinnamomeus) entre más de una veintena de especies. Continuamos hasta el Parque Nacional de West Coast, donde gastamos el resto de la jornada. Tras registrar nuestra entrada cerca del mediodía, emprendimos nuestro recorrido a través de este pequeño parque nacional, familiarizándonos poco a poco con las distintas formaciones de fynbos (de las palabras Afrikáner fine bush, traducido como "matorral fino"). Estas formaciones arbustivas de carácter mediterráneo, a priori poco llamativas, son un hábitat único a nivel global cuya protección es prioritaria, y se consideran uno de los puntos calientes de biodiversidad del planeta. Son el resultado de la combinación de cientos de especies de proteáceas, ericáceas y restionáceas que crecen sobre suelos arenosos pobres en nutrientes, sujetas a fuertes precipitaciones e incendios frecuentes. El fynbos es uno de los seis reinos florísticos del planeta, normalmente catalogado como región capense o reino florístico de El Cabo, y su distribución apenas comprende una franja de entre 100-200 km. de ancho del suroeste de Sudáfrica.


Paisaje dunar cercano a la reserva de Grotto Bay

Alcaudón fiscal sureño (Lanius collaris) a las puertas de Koeberg

Juveniles de avestruz (Struthio camelus)

Bisbita africano (Anthus cinnamomeus)

Macho de collalba capirotada (Oenanthe pileata)

Paloma de Guinea (Columba guinea) frecuente en entornos urbanos

Señalización de presencia de tortugas en la carretera en el PN de West Coast

Macho de avestruz (Struthio camelus) en formación de fynbos

Macho de busardo augur meridional (Buteo rufofuscus)


Nuestra primera parada dentro del PN de West Coast comprendió un pequeño humedal de nombre sencillo, conocido como Abrahamskraal. Allí aprovechamos para comer, mientras disfrutamos de una amplia variedad de aves que superó las 40 especies. Entre ellas un buen elenco de acuáticas, como cuchara de El Cabo (Spatula smithii), ánade picolimón (Anas undulata), cerceta de El Cabo (Anas capensis) o calamón africano (Porphyrio madagascariensis) las cuales observamos amenizados por el armonioso canto del carricero picofino (Acrocephalus gracilirostris) que recuerda sorprendentemente a un familiar ruiseñor común (Luscinia megarhynchos). Dentro de los paseriformes cabe destacar algunas especies endémicas o de distribución casi exclusivamente sudafricana, como es el caso del bulbul de El Cabo (Pycnonotus capensis), el tejedor de El Cabo (Ploceus capensis) o el bisbita de El Cabo (Macronyx capensis). Como os podéis imaginar, a estas alturas ya habíamos reparado en que el apelativo "de El Cabo" o "capensis" es bastante frecuente en Sudáfrica, comprendiendo hasta 38 especies de la lista de aves sudafricana en castellano y latín. Esto se debe a que Ciudad del Cabo fue la primera colonia europea en el África subsahariana, establecida en 1652, lo que propició que muchas especies no descritas fueran designadas con estos apelativos, aunque como se descubriría posteriormente, algunas presenten una distribución que comprende gran parte del continente. 


Hide de Abrahamskraal

Ánade picolimón (Anas undulata)

Focha moruna (Fulica atra)

Bulbul de El Cabo (Pycnonotus capensis)

Golondrina gorjiblanca (Hirundo albigularis)

Macho de tarabilla africana (Saxicola torquatus) y Francolín de El Cabo (Pternistis capensis)

Calamón africano (Porphyrio madagascariensis)

Cerceta de El Cabo (Anas capensis)

Cuchara de El Cabo (Spatula smithii)

Bisbita de El Cabo (Macronyx capensis)

Tejedor de El Cabo (Ploceus capensis)

Serín amarillo (Crithagra flaviventris)

Aguilucho lagunero etiópico (Circus ranivorus)

Saltamontes de espuma (Dictyophorus spumans)


Continuamos nuestro itinerario a través de West Coast hasta el campamento de Geelbek, donde pasaríamos nuestra única noche en el parque nacional. Allí realizamos una breve parada para confirmar nuestro alojamiento en una de las casas perfectamente equipadas con las que cuenta la reserva para albergar a los visitantes, más que recomendables por su ubicación, su comodidad y su asequible precio. Durante el check-in observamos el primer bontebok (Damaliscus pygargus) un antílope de talla media que debido a la sobrecaza a principios del siglo XX llegó a contar con tan solo 22 ejemplares en Sudáfrica, y que hoy día gracias a los esfuerzos de conservación su población se estima entre 2.500-3.000 ind. distribuidos en varias reservas. De allí pusimos rumbo a uno de los observatorios del lago Langebaan, una extensión de la bahía de Saldanha que baña el interior de West Coast. Camino del observatorio de Seeberg los francolines aligrises (Scleroptila afra) y de El Cabo (Pternistis capensis) se sucedían en las cunetas del trazado, sobrevolados en más de una ocasión por algún aguilucho lagunero etiópico (Circus ranivorus) aunque la protagonista de este recorrido fue una víbora bufadora (Bitis arietans) que observamos cruzando la carretera, haciendo gala de un llamativo desplazamiento rectilíneo que recordaba a la forma de moverse de algunas orugas. Esta especie es la responsable del mayor número de accidentes ofídicos en África, debido a su amplía distribución y su frecuencia en zonas antropizadas. 


Francolín aligrís (Scleroptila afra)

Francolín de El Cabo (Pternistis capensis)

Aguilucho lagunero etiópico (Circus ranivorus)

Bontebok (Damaliscus pygargus)

Nuestro alojamiento en Geelbek, West Coast

Cernícalo africano (Falco rupicolus)

Ibis hadada (Bostrychia hagedash)

Víbora bufadora (Bitis arietans)

Tortolita rabilarga (Oena capensis)


Cerca del desvío al observatorio de Seeberg localizamos varios machos de sisón negro (Eupodotis afra) un otídido endémico del suroeste del país que al igual que nuestras esteparias muestra un acusado declive en las últimas décadas, debido a la fragmentación de hábitat y otros factores. Más frecuentes resultaron los pájaros ratones dorsiblancos (Colius colius), los alzacolas del Karoo (Cercotrichas coryphoeus) y en menor medida los bubús silbones (Telophorus zeylonus). Lo que restaba de tarde lo dedicamos a los fangos intermareales cercanos al observatorio, donde se concentraban cientos de limícolas y estérnidos, entre ellos algunas de las pocas pagazas piquirrojas (Hydroprogne caspia) que observamos. La inmensa mayoría de las limícolas eran especies habituales en Europa, aunque entre ellas destacaban algunos chorlitejos pecuarios (Charadrius pecuarius) y frentiblancos (Charadrius marginatus) y especialmente unos pocos individuos de ostrero negro africano (Haematopus moquini) que evocaba las icónicas reproducciones de nuestro ostrero negro canario (Haematopus meadewaldoi) hoy día extinto. Tras un espectacular atardecer en la bahía de Saldanha regresamos al campamento, camino del cual observamos algunas especies de interés. como un raficero común o steenbok (Raphicerus campestris) de la subespecie nominal, distinta a los presentes en Kruger que se corresponden con la ssp. capricornis, varios alcaravanes de El Cabo (Burhinus capensis) y un búho moro (Asio capensis) especie muy rara en el extremo meridional de Sudáfrica, y que puso el broche a una estupenda jornada. 


Sisón negro (Eupodotis afra)

Bubú silbón (Telophorus zeylonus)

Ratón de hierba de cuatro rayas (Rhabdomys pumilio)

Costa de Langebaan

Alzacola del Karoo (Cercotrichas coryphoeus)

Chorlitejo pecuario (Charadrius pecuarius)

Chorlitejo frentiblanco (Charadrius marginatus)

Vegetación de áreas salobres cerca del observatorio de Seeberg

Bisbita sudafricano (Anthus nicholsoni)

Atardecer en la bahía Saldanha

Raficero común o steenbok (Raphicerus campestris campestris)

Alcaraván de El Cabo (Burhinus capensis)

Búho moro (Asio capensis)


A la mañana siguiente visitamos el observatorio de Geelbek, cercano a nuestro alojamiento, antes de abandonar el PN de West Coast. Allí nuevamente disfrutamos de cientos de limícolas, aunque esta vez con luz favorable. En menor medida, algunos grupos de flamenco común (Phoenicopterus roseus) y enano (Phoeniconaias minor) añadían trazos de color entre grandes concentraciones de correlimos tridáctilos (Calidris alba), menudos (Calidris minuta), zarapitines (Calidris ferruginea), chorlitos grises (Pluvialis squatarola), zarapitos trinadores (Numenius phaeopus), avocetas (Recurvirostra avosetta) o chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) entre otras muchas especies. En la propia pasarela se sucedían algunas zancudas, como espátulas africanas (Platalea alba), ibis sagrados (Threskiornis aethiopicus) o una garza cabecinegra (Ardea melanocephala) así como algún pequeño mamífero, caso de la rata vlei del sur de África (Otomys irroratus). El género Otomys comprende decenas de especies de múridos subsaharianos propios de aguas estancadas (vlei, en Afrikáner, es un cuerpo de agua de escasa entidad, generalmente estancado) cuya dieta es principalmente vegetariana, y que también son conocidas como ratas de dientes acanalados. Más sorprendente aun resultó el encuentro con otro roedor endémico de la costa sudafricana, como es la rata topo de las dunas de El Cabo (Bathyergus suillus) que dado sus hábitos subterráneos, su estructura compacta y paticorta, y su hocico romo, recuerda a un topo de gran tamaño cuando se observa desplazándose entre la vegetación rala. Tras este curioso encuentro nos despedimos de West Coast, no sin antes detenernos en varias ocasiones con algunos adultos y juveniles de tortuga angulada (Chersina angulosa) que resultó muy abundante, distintos grupos de pájaro ratón dorsiblanco (Colius colius) o varias especies de cistícolas, cuya familia cuenta con una rica representación en Sudáfrica.


Estornino bicolor (Lamprotornis bicolor)

Elanio azul (Elanus caeruleus)

Juvenil de cuervo pío (Corvus albus)

Rata vlei del sur de África (Otomys irroratus)

Espátula africana (Platalea alba)

Ibis sagrado (Threskiornis aethiopicus)

Observatorio de Geelbek

Flamenco enano (Phoeniconaias minor)

Tapiz colorido de vegetación salina en el observatorio de Geelbek

Macho de suimanga malaquita (Nectarinia famosa)

Rata topo de las dunas de El Cabo (Bathyergus suillus)

Juvenil de tortuga angulada (Chersina angulosa)

Macho de cistícola dorsigrís (Cisticola subruficapilla)

Pájaro ratón dorsiblanco (Colius colius)


Tras un almuerzo rápido pusimos rumbo a Ciudad del Cabo, para visitar el que sin duda es su mayor icono turístico, Table Mountain. De camino a esta gran meseta rocosa con forma de mesa, observamos un grupo de más de una veintena de pelícanos comunes (Pelecanus onocrotalus) y cerca de una decena de fumareles aliblancos (Chlidonias leucopterus) antes de adentrarnos en el meollo financiero de esta gran urbe. De cara a visitar Table Mountain existen varias formulas, se puede realizar un recorrido a pie, el cual es duro debido a las temperaturas y a que salva 700 metros de desnivel, o coger el teleférico que realiza el recorrido hasta la parte superior, que alcanza una altura de 1.086 msnm. En ambos casos conviene ir bien mentalizado, en el primero de los casos por el esfuerzo físico, y en el segundo por el mental, ya que es más que probable que nos encontremos con grandes aglomeraciones que nos hagan perder varias horas. Pese a todo es bastante recomendable su visita, ya que tanto el paisaje como las vistas son espectaculares, además de poder observar algunas especies de interés. En nuestro caso, pese a lo desalentador de la espera, elegimos el teleférico. Una vez arriba realizamos una ruta circular donde disfrutamos de diversas especies de saurios, como el lagarto de peñasco del Cabo (Pseudocordylus microlepidotus), lagarto negro (Cordylus niger) o agama de roca del sur (Agama atra). Dentro de las aves, entre los abundantes estorninos alirrojos (Onychognathus morio) y suimangas pechinaranjas (Anthobaphes violacea) destacaron una pareja de cuervo cuelliblanco (Corvus albicollis) bastante escaso en la zona, un halcón peregrino (Falco peregrinus minor), una veintena de vencejos reales (Apus melba) intercalados con más de un centenar de vencejos de El Cabo (Apus barbatus), varias parejas de colinegro familiar (Oenanthe familiaris) o una curiosa yerbera de El Cabo (Sphenoeacus afer).


Coccinélido Cheilomene lunata vulgarmente conocidos como mariquitas

Vista de Table Mountain desde la autopista 7

Teleférico de Table Mountain

Panorámica de Ciudad del Cabo desde Table Mountain

Agama de roca del sur (Agama atra)

Lagarto de peñasco del Cabo (Pseudocordylus microlepidotus)

Acantilados de Table Mountain

Lagarto negro (Cordylus niger)

Cuervo cuelliblanco (Corvus albicollis)

Colinegro familiar (Oenanthe familiaris)

Distintos líquenes sobre rocas de Table Mountain

Vencejo de El Cabo (Apus barbatus)

Macho de suimanga pechinaranja (Anthobaphes violacea)


Una vez descendimos de Table Mountain nos dirigimos hacia Simon's Town, en la península del Cabo, donde pasaríamos nuestras siguientes dos noches. Lo poco que restaba de tarde lo invertimos en visitar la colonia de pingüino de El Cabo (Spheniscus demersus) de la playa de Boulders, dentro de la propia ciudad. Esta especie, catalogada como en peligro de extinción, se distribuye a través de las costas de Sudáfrica y Namibia en 25 colonias de cría, de las cuales apenas 4 son continentales. A principios del siglo XX su población se estimaba en 500.000-1.000.000 de ind. desde entonces el número de ejemplares no ha dejado de disminuir, siendo especialmente marcado el declive a partir de 1960. Los últimos datos publicados en 2009 estimaban en torno a 25.000 pp. la población global de esta especie (4.500 pp en Namibia) de las cuales aproximadamente 1.000 pp. se reproducían en la colonia de Simon's Town, que hoy día es muy posible que no supere las 500 pp. Su principal amenaza es la sobrepesca comercial, a lo que se suman distintas perturbaciones antrópicas, como molestias o recolección de huevos, con eventos puntuales de mortandades masivas debido a vertidos de petróleo.


Colonia de pingüino de El Cabo (Spheniscus demersus) de la playa de Boulders

Un pinguino de El Cabo callejeando por Simon's Town

Gaviota cocinera (Larus dominicanus vetula)

Detalle de pingüino de El Cabo

Ostrero negro africano (Haematopus moquini)


A la mañana siguiente, tras días de fuerte viento y contra todo pronóstico, el tiempo nos dio un respiro y en el último momento se pudo confirmar nuestra salida pelágica desde Simon's Town, así que sin más demora nos embarcamos con Garret Skead, nuestro guía de Cape Town Pelagics, una empresa sin ánimo de lucro cuyos beneficios se dedican a la conservación de las aves marinas, incluyendo el fondo Save the Albatross de BirdLife International. Dada la climatología del lugar, donde son habituales las fuertes rachas de viento, el hecho de poder salir de puerto ya merece una celebración, y no es para menos, ya que en algunos periodos del año se cancelan dos de cada tres salidas pelágicas. Pese a la alegría, nos esperaba un día duro, en las siguientes siete horas recorreríamos más de 160 km. en una embarcación pequeña y con fuerte oleaje en algunos tramos, no apto para todos los estómagos. Lamentablemente no tuvimos la suerte de poder alcanzar ningún arrastrero durante la jornada, embarcaciones donde habitualmente se concentran cientos o miles de aves marinas, aunque pudimos disfrutar de una amplia gama de especies en menor número. 

Tras bordear durante algo menos de dos horas la Península del Cabo vencimos el faro de New Cape, para entonces ya eran frecuentes las pardelas gorjiblancas (Procellaria aequinoctialis), observando además nuestros dos primeros y espectaculares petreles gigantes o abantos marinos antárticos (Macronectes giganteus) y un Rorcual de Bryde (Balaenoptera brydei). Durante este trayecto, entre otras especies más comunes observamos un pequeño grupo de charranes árticos (Sterna paradisaea) y algunas gaviotas de Sabine (Xema sabini), así como un págalo subantártico (Stercorarius antarcticus) que escoltó la embarcación durante unos pocos minutos. Continuamos nuestro recorrido disfrutando de un goteo de pardelas sombrías (Ardenna grisea), charranes comunes (Sterna hirundo) y alguna pardela capirotada (Ardenna gravis) entre las que se intercalaban varios alcatraces de El Cabo (Morus capensis). Varias decenas de paíños de Wilson (Oceanites oceanicus) y un inesperado paíño europeo (Hydrobates pelagicus) no tardaron en acudir al olor del aceite de pescado. Aunque sin duda, el momento cumbre lo protagonizaron varios albatros cautos (Thalassarche cauta) que imponentes, se dibujaron en el horizonte antes de acercarse a nuestra posición, haciéndonos disfrutar de unos estupendos ratos de observación a lo largo de gran parte de nuestra travesía, al que se sumó otra especie de albatros, esta vez el picofino (Thalassarche chlororhynchos) ya una vez iniciado el trayecto de regreso. Una vez recuperamos la falda de la península del El Cabo, mientras reponíamos fuerzas con unos estupendos sándwiches cortesía de la tripulación, visitamos las colonias de lobo marino surafricano (Arctocephalus pusillus pusillus) y cormorán de bajío (Phalacrocorax neglectus), donde también se concentraban otras dos especies de cormoranes, de El Cabo (Phalacrocorax capensis) y grande ventriblanco (Phalacrocorax carbo lucidus) poniendo así fin a una magnífica salida pelágica. 


Bahía de Simon's Town

Recorrido completo durante la salida pelágica registrado mediante la app de eBird,
posteriormente dividido en siete listas de una hora

Cormorán coronado (Microcarbo coronatus) en el puerto de Simon's Town

Faro de New Cape, península del Cabo

Págalo subantártico (Stercorarius antarcticus)

Pardelas gorjiblanca (Procellaria aequinoctialis)

Pardela gorjiblanca posada en la superficie

Varios paíños de Wilson alimentándose

Paíño de Wilson (Oceanites oceanicus)

Albatros cauto (Thalassarche cauta)

Pardela gorjiblanca y albatros cauto

Albatros cauto durante la salida con Cape Town Pelagic

Albatros cauto, detalle de coloración y diseño de pico

Pardela gorjiblanca mostrando el diseño gular al que alude su nombre en castellano

Petrel gigante o abanto marino antártico (Macronectes giganteus)

Petrel gigante mostrando su característica estructura 

Albatros picofino (Thalassarche chlororhynchos)

Balsa de pardelas sombrías (Ardenna grisea)

Cormoranes de El Cabo (Phalacrocorax capensis)

Colonia de cría de cormorán de bajío (Phalacrocorax neglectus)

Cormorán de bajío mostrando su particular coloración ocular

Lobos marinos surafricanos (Arctocephalus pusillus pusillus)

Colonia de lobo marino surafricano en la Península del Cabo

Cormorán grande ventriblanco (Phalacrocorax carbo lucidus)


El resto de la jornada, algo más tranquila, transcurrió sin grandes sorpresas a través de un recorrido por el entorno del parque nacional de Cape Point, durante el cual observamos una serpiente topo (Pseudaspis cana) especie que resultó bastante abundante durante nuestra visita a Sudáfrica, fácilmente reconocible por su gran tamaño y su coloración oscura. Para terminar la tarde, antes de degustar una estupenda cena a modo de celebración, en uno de los muchos restaurantes de Simon's Town, visitamos nuevamente la playa de Boulders para despedirnos de la colonia de pingüinos de El Cabo. Además, disfrutamos de un gran dormidero formado por centenares de charranes piquigualdos (Thalasseus bergii) sumando con las últimas luces alguna especie nueva para lista del viaje, como el bubú ferrugíneo (Laniarius ferrugineus) otro malanocótido pariente de los gladiadores observados en Kruger o de nuestros familiares chagras.


Serpiente topo (Pseudaspis cana)

Vegetación arbustiva cerca de la reserva natural de Cape Point

Pareja de pingüinos de El Cabo en la zona de reproducción

Pollo de pingüino de El Cabo

Pingüinos de El Cabo saliendo a tierra en la playa de Boulders

Colonia de pingüinos con la bahía de Simon's Town de fondo

Dormidero de centenares de charranes piquigualdos

Charrán piquigualdo (Thalasseus bergii)

Señalización que alerta ante la posible presencia de pingüinos bajo el coche

Oruga de la mariposa Eutricha capensis

Nidales de reproducción de pingüinos De El Cabo


A la mañana siguiente abandonamos Simon's Town rumbo al jardín botánico de Kirstenbosch, realizando previamente una breve parada en la reserva natural de Zeekoevlei, más concretamente en las balsas cercanas a la depuradora de Pelikan Park. Allí disfrutamos de más de 40 especies de aves con una clara predominancia de acuáticas, entre las que se encontraban algunas de rara aparición en la zona, como el suirirí bicolor (Dendrocygna bicolor) o la polluela chica (Zapornia pusilla) una auténtica rareza en la costa sudafricana, que hizo que coincidiéramos con un gran número de observadores/as locales que no quisieron dejar pasar la ocasión de poder disfrutar de esta especie. Además de las ya comentadas, también observamos otras nuevas, como el pato morado (Netta erythrophthalma) o el serín azufrado (Crithagra sulphurata) fácilmente reconocible por ser el representante de este rico género de fringílidos con mayor altura de pico. Continuamos hasta Kirstenbosch, de obligada visita, no solo por su rica variedad de aves y plantas, si no por lo espectacular del paraje, que conecta directamente con las estribaciones de Table Mountain. Kirstenbosch, fundado en 1913, es el jardín botánico nacional de mayor tamaño de los ocho existentes en África del Sur, con una extensión total de 528 hectáreas. En esta parada disfrutamos de una amplia gama de especies, entre las que se encontraban algunas tan espectaculares como el monarca colilargo africano (Terpsiphone viridis) al que sorprendimos en plena incubación, o el búho africano (Bubo africanus) impasible ante la atenta mirada de numerosos paseantes. Entre la exuberante colección de la que hace gala el jardín botánico fueron sucediéndose distintas especies no observadas hasta ahora, caso del serín forestal (Crithagra scotops), batis de El Cabo (Batis capensis), papamoscas sombrío (Muscicapa adusta), suimanga bicollar (Cinnyris afer) o el anteojitos de El Cabo (Zosterops virens) entre otras. A pesar de lo abrumador del lugar, dada la alta biodiversidad que se concentra en un área relativamente pequeña, reparamos en algunos ejemplares de Welwitschia mirabilis, una insigne y primitiva planta del desierto de Namibia muy estudiada por su duplicidad genética, que le atribuye cualidades únicas en el reino vegetal, pudiendo alcanzar algunos ejemplares los 3.000 años de longevidad. 


Balsas cercanas a Pelikan Park

Cistícola de Levaillant (Cisticola tinniens)

Ganso espolonado (Plectropterus gambensis)

Polluela chica (Zapornia pusilla)

Avión paludícola africano (Riparia paludicola) de morfo oscuro

Suirirí bicolor (Dendrocygna bicolor)

Serín azufrado (Crithagra sulphurata)

Jardín botánico de Kirstenbosch

Suimanga acerado (Cinnyris chalybeus)

Cosifa cafre (Cossypha caffra)

Serín forestal (Crithagra scotops)

Macho de monarca colilargo africano (Terpsiphone viridis)

Serín dorsigrís (Serinus canicollis)

Búho africano (Bubo africanus)

Batis de El Cabo (Batis capensis)

Prinia del Karoo (Prinia maculosa)

Puentes colgantes de Kirstenbosch

Papamoscas sombrío (Muscicapa adusta)

Welwitschia mirabilis


Desde allí proseguimos nuestro itinerario rumbo al parque nacional de Bontebok, realizando una breve parada en Rooi-Els, donde haríamos el primero de los tres intentos sin éxito que dedicamos a localizar saltarrocas de El Cabo (Chaetops frenatus) un raro endemismo de las costas sudafricanas de hábitos discretos. Allí disfrutamos de un buen elenco de especies nuevas, como roquero de El Cabo (Monticola rupestris), escribano de El Cabo (Emberiza capensis) o mielero abejaruco de El Cabo (Promerops cafer) que una vez más pusieron de relieve el derroche de originalidad empleado a la hora de asignarles nombres comunes a algunas especies sudafricanas. Camino de Swellendam donde haríamos noche, observamos nuestra única paloma ojigualda (Columba arquatrix) del viaje, propia de hábitats forestales. Conforme avanzábamos la configuración del paisaje fue cambiando, dando paso a enormes extensiones cerealistas salpicadas por decenas de pintada comunes (Numida meleagris) y algunas parejas de grullas del paraíso (Anthropoides paradiseus) aunque sin duda la mayor sorpresa fue observar brevemente un avesol africano (Podica senegalensis) en un embalse próximo a la autopista.  

A la mañana siguiente, con renovadas energías tras un merecido descanso y una deliciosa cena, visitamos el parque nacional de Bontebok, donde nos reencontramos con especies como el aguilucho negro, el busardo augur, la tortolita rabilarga o el alzacola del Karoo, entre otras como el pigargo vocinglero (Haliaeetus vocifer) que no habíamos vuelto a observar desde Kruger. Al poco de iniciar nuestro recorrido dentro del parque pudimos disfrutar de una avutarda cafre (Neotis denhami) un otídido de distribución subsahariana en claro declive que cuenta con algunas pequeñas poblaciones en Sudáfrica, cuya coloración rojiza del cuello delataba su presencia entre la vegetación arbustiva. No faltaron a su cita los antílopes que dan nombre a este parque nacional, que sirvió de reservorio cuando la especie estuvo al borde de la extinción, así como otros mamíferos amenazados, como son la cebra de montaña (Equus zebra) o el alcélafo caama (Alcelaphus caama). Otras especies destacadas de esta visita fueron una mangosta gris del Cabo (Galerella pulverulenta) que recordaba a nuestros familiares meloncillos (Herpestes ichneumon) con un porte algo más pequeño y estilizado, varias tortugas leopardo (Stigmochelys pardalis) y nuestras primeras águilas calzadas (Hieraaetus pennatus) fieles a su fenología de llegada a principios de noviembre, como reza en las guías del país. 


Montañas de Kogelberg camino de Rooi-Els

Agama de roca del sur (Agama atra)

Roquero de El Cabo (Monticola rupestris)

Escribano de El Cabo (Emberiza capensis)

Cartel que alerta de la presencia de saltarrocas en Rooi-Els

Anteojitos de El Cabo (Zosterops virens)

Yerbera de El Cabo (Sphenoeacus afer)

Obispo culigualdo (Euplectes capensis)

Mielero abejaruco de El Cabo (Promerops cafer)

Paloma ojigualda (Columba arquatrix)

Vastas extensiones cerealistas próximas a Swellendam

Nuestro alojamiento en Swellendam

Avutarda cafre (Neotis denhami)

Planicies del PN de Bontebok

Grupo de bonteboks (Damaliscus pygargus)

Un adulto de bontebok junto a su cría

Alcéfalo caama (Alcelaphus caama)

Cebras de montaña (Equus zebra) mostrando su característico dorso más uniforme

Macho de viuda colicinta (Vidua macroura)

Macho de aguilucho negro (Circus maurus)
expulsando a un busardo augur (Buteo rufofuscus)

Alzacola del Karoo (Cercotrichas coryphoeus)

Tortuga leopardo (Stigmochelys pardalis)

Mangosta gris del Cabo (Galerella pulverulenta)


Una vez abandonamos Bontebok nos dirigimos al Cabo de Las Agujas, extremo meridional de África y la divisoria entre el océano Atlántico e Indico, no sin antes detenernos en varias zonas agrícolas, gastando nuestros últimos cartuchos en busca de secretario (Sagittarius serpentarius) que sin duda fue una de las dos ausencias del viaje más dolorosas, aunque siempre hay que dejarse algo para volver, como suele decirse. En estos puntos obtuvimos estupendas observaciones de grulla del paraíso o cuervo de El Cabo (Corvus capensisasí cómo de algunos alaúdidos nuevos, caso de la cogujada picogorda (Galerida magnirostris) o la terrera capirotada (Calandrella cinerea). Decenas de coloridos obispos rojos (Euplectes orix) salpicaban las cunetas de los rastrojos durante nuestros recorridos, en los que también se cruzaron varias especies de mamíferos de interés, como el pequeño antílope cabrío (Pelea capreolus) o la mangosta amarilla (Cynictis penicillata) que completó las cinco especies de mangostas observadas durante nuestra visita a Sudáfrica. Tras esta visita turística continuamos hasta Hermanus, donde realizamos un breve paseo costero en el que los damanes de El Cabo (Procavia capensis capensis) fueron los protagonistas, antes de continuar hasta Gansbaai para hacer noche. 


Grulla del paraíso (Anthropoides paradiseus)

Cogujada picogorda (Galerida magnirostris)

Terrera capirotada (Calandrella cinerea)

Obispo rojo (Euplectes orix)

Antílope cabrío (Pelea capreolus)

Mangosta amarilla (Cynictis penicillata)

Cuervo de El Cabo (Corvus capensis)

Golondrina perlada (Hirundo dimidiata)

Alcatraces de El Cabo (Morus capensis)

Paisaje costero en el Cabo de Las Agujas

Lavandera de El Cabo (Motacilla capensis)

Placa que simboliza la divisoria de ambos océanos en Cabo de las Agujas

Lagarto ceñido del Cabo (Cordylus cordylus)

Representación del continente africano en el Cabo de las Agujas

Serpiente Psammophylax rhombeatus

Hermanus desde las sierras aledañas

Damán de El Cabo (Procavia capensis capensis)

Curiosas formaciones costeras en Hermanus


A la mañana siguiente disfrutamos de un plácido desayuno a orillas del mar, acompañados de varios suimangas malaquitas (Nectarinia famosa) afanados en el mismo ritual matutino. Los suimangas o Sunbirds como se les conoce en inglés, son nectarínidos (Nectariniidae) una amplia familia de aves con representación en África y Asia. Estas aves, inquietas y de rápido metabolismo, han diversificado al extremo sus diseños de picos para obtener una de sus principales fuentes de alimento, como es el néctar de las flores. Esto les ha llevado en un claro ejemplo de convergencia evolutiva a presentar grandes similitudes con otras familias de aves muy distantes taxonómicamente, como los colibríes (Trochilidae) en América o los mieleros (Meliphagidae) en Oceanía, con los que comparten gran parte de su ecología trófica. A diferencia de los colibríes, los suimangas se posan más frecuentemente e incluyen regularmente insectos en su dieta, a los que habitualmente dan caza mediante pequeños vuelos. 

Tras esta relajada pausa, nos dirigimos hasta el puerto de Gansbaai, donde teníamos contratada nuestra última salida del viaje, en este caso para la observación de tiburones. Esta localidad es conocida por ser uno de los puntos con mayor presencia de tiburón blanco (Carcharodon carcharias) de Sudáfrica, lo que a su vez ha propiciado la consolidación de distintas empresas que ofrecen servicios de observación, la cual se puede llevar a cabo tanto en jaula sumergida como en cubierta. Lamentablemente la presencia de tiburones ha disminuido bastante en los últimos años, por lo que cada vez resulta más difícil coincidir con este imponente depredador marino. Esto en parte se debe al rápido descenso que puede estar sufriendo la especie debido a una alta mortalidad por causas antrópicas y una baja tasa reproductiva, a lo que se suma la presencia regular de orcas (Orcinus orca) en esta bahía, las cuales no dudan en expulsar e incluso en ocasiones dar caza a algunos individuos, como se pudo documentar apenas un mes antes de nuestra visita al país (ver vídeo). Durante esta excursión, de la cual aun albergo dudas sobre si recomendaría hacer, observamos distintos ejemplares de tiburón cobrizo o jaquetón cobre (Carcharhinus brachyurus) que superaban los dos metros de longitud, de los cuales disfrutamos durante largo tiempo, atraídos hasta el barco por un cebo compuesto principalmente de salmón. Tras esta curiosa aunque no del todo satisfactoria experiencia, más centrada en la obtención de fotografías o vídeos para redes sociales que en la mera observación, regresamos a tierra, donde sumamos un serín gris (Crithagra gularisque sería nuestra última especie de las 327 observadas en Sudáfrica, en esta espectacular aventura que comprendió del 26 de octubre al 10 de noviembre de 2022. Sin más demora, emprendimos nuestro regreso a Ciudad del Cabo, donde pasaríamos la última noche antes de nuestro regreso a España.  


Suimanga malaquita (Nectarinia famosa)

Pájaro ratón común (Colius striatus)

Bubú ferrugíneo (Laniarius ferrugineus)

Serín gris (Crithagra gularis)

Grupo de gaviotas cocineras (Larus dominicanus vetula)

Tiburón cobrizo o jaquetón cobre cerca de los jaulones del barco

Tiburón cobrizo o jaquetón cobre (Carcharhinus brachyurus)

Gaviota plateada surafricana (Chroicocephalus hartlaubii

Réplica de un tiburón blanco en la oficina de una de las empresas de Gansbaai



Viaje ornitológico a Sudáfrica: Johannesburgo - Parque Nacional de Kruger (I)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com/2022/12/viaje-ornitologico-sudafrica.html

Viaje ornitológico a Sudáfrica: Johannesburgo - Parque Nacional de Kruger (II)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com/2022/12/viaje-ornitologico-sudafrica_22.html

Viaje ornitológico a Sudáfrica: Ciudad del Cabo

Crónica de viaje (eBird)
https://ebird.org/tripreport/84087

3 comentarios: