lunes, 26 de junio de 2017

Escapada ornitológica a Escocia: (II) Lochindorb, Inverness, Lago Ness, Loch Ruthven y Avielochan

Segunda parte de nuestra pequeña escapada de pajareo a Escocia. Después de la primera etapa en la costa este escocesa pusimos rumbo a Inverness, atravesando gran parte del territorio y deteniéndonos de camino en Lochindorb, una localidad conocida entre los pajareros por albergar colimbo ártico (Gavia arctica) en reproducción, y algunos años también colimbo chico (Gavia stellata). Lochindorb es un lago de mediano tamaño rodeado de brezales y pastizales semiencharcados, el paisaje es espectacular, con un aspecto que recuerda a la tundra, salvando las distancias.


Colimbo ártico (Gavia arctica) en Lochindorb  10/06/2017


Nuestra ruta nos llevó desde Aberdeen hasta Lochindorb atravesando el interior de Escocia, y pasando por la localidad de Dufftown. Tras 2:30h de viaje llegamos a nuestro destino. Apenas habíamos comenzado a disfrutar del paisaje cuando nos topamos con la colonia de gaviotas canas (Larus canus) presente en la zona. Realizamos una breve parada desde la carretera para disfrutar del espectáculo, aunque pronto nos dimos cuenta de que no eramos bien recibidos, pues algunos adultos se acercaron a "increparnos" por lo que decidimos abandonar la zona para no causar más molestias. Continuando por la carretera no tardaron en aparecer los primeros lagópodos escoceses (Lagopus lagopus scotica) con sus característicos reclamos, otra de las joyas del lugar, muy abundante en esta zona. La gran mayoría de los ejemplares que pudimos observar se encontraban ya con pollos pequeños, y era habitual verlos cruzar por la carretera con entre 5 y 7 pollos, por lo que es más que recomendable conducir a baja velocidad. Como si de un "Passing place" de lagópodos se tratara, nos detuvimos en varias ocasiones antes de llegar al lago, donde buscaríamos a nuestro principal objetivo, el colimbo ártico, un escaso reproductor que cuenta con una población de entre 190 y 250 pp. en Escocia.


Unas curiosas vacas dándonos la bienvenida al interior de Escocia.

Pastizales y brezales semiencharcados de Lochindorb

Colonia de gaviotas canas (Larus canus)

Gaviota cana (Larus canus)

Lagópodo escocés (Lagopus lagopus scotica)

Pollo de lagópodo escocés.

Castillo de Lochindorb: "Wolf's Lair" fortaleza de Alexander Stewart.

Algunos meandros de los arroyos de Lochindorb


Tras llegar al lago nos pusimos manos a la obra. A pesar de no ser un lago especialmente grande para lo habitual en Escocia, tiene un tamaño considerable, lo que puede suponer algunos quebraderos de cabeza a la hora de buscar colimbos, y por si no fuera poco, a nuestra llegada el lago presentaba cierto oleaje, lo que complicaba más aun el asunto. Pese a todo fuimos recorriendo la carretera que permite bordear la orilla este, realizando diferentes paradas para barrer con el telescopio toda la superficie visible, alcanzado a ver en la otra orilla centenares de ánsares comunes (Anser anser) con sus pequeños retoños. Lo bueno y lo malo de los lagos escoceses, es que apenas hay movimiento en el agua, de hecho en Lochindorb, a parte de unos pocos azulones (Anas platyrhynchos) no se observaba nada más, lo que se repetiría en numerosos lagos o "Lochs" durante el viaje. Durante el recorrido se sucedían las alondras (Alauda arvensis) y bisbitas comunes (Anthus pratensis) con ceba en el pico, también abundantes en las cercanías eran los zorzales comunes (Turdus philomelos) y charlos (Turdus viscivorus), además de algunas avefrías (Vanellus vanellus) con pollos ya crecidos. Continuamos hasta el pinar que se encuentra a la mitad del lago, aquí, si se presta atención, es fácil oír los reclamos de los pardillos alpinos (Carduelis cabaret) considerado hasta hace pocos años una subespecie del pardillo sizerín (Carduelis flammea) hoy día catalogada por muchos autores como una especie aparte. Con un poco de paciencia, tras un rato se dignaron a bajar de las copas del pinar hasta los pequeños matorrales cercanos, aunque sus incursiones fueron breves y la luz no acompañó mucho a la hora de fotografiarlos. Continuamos hasta el final del lago, en este punto la densidad de lagópodo escoces es espectacular, y también se dejaron ver algunas especies de límicolas que se reproducen en la zona, como el andarríos chico (Actitis hypoleucos), la agachadiza común (Gallinago gallinago), el zarapito real (Numenius arquata) y un solitario chorlito dorado (Pluvialis apricaria). Tras entretenernos un ratejo en la zona, comenzamos el regreso por el mismo camino que habíamos seguido, y de repente, entre los arboles y a escasos 10 metros, divisamos la silueta de un colimbo. Expectantes buscamos un claro que nos permitiera observarlo bien, y allí estaba esta preciosidad a escasos metros de nosotros. Al principio no quisimos bajarnos del coche por si se asustaba y se alejaba de la orilla, pero viendo su tranquilidad, al cabo de unos minutos decidimos bajar y probar suerte. Para nuestra sorpresa, al igual que nos ocurrió con otras especies en la costa este, nuestra presencia le era totalmente indiferente, así que pudimos disfrutar de sus zambullidas cotidianas, su canto, verle acicalarse las partes inferiores volteado casi completamente "patas arriba", y en definitiva, disfrutar de una buena observación de esta especie que goza de un plumaje casi geométrico, que enamora a todos los observadores.


Colimbo ártico (Gavia arctica)





Pardillo alpino (Carduelis cabaret)

Grupo familiar de pardillos alpinos (Carduelis cabaret)

Volantón de avefría (Vanellus vanellus)


Tras un rato de observación, el colimbo ártico comenzó a alejarse rumbo a la otra orilla, momento en el que decidimos continuar con nuestro viaje, pues la noche la pasaríamos en Inverness, y aun restaba una hora para llegar. Como aun quedaba algo de tarde, decidimos parar de camino en una zona de pinares, para probar suerte con el urogallo (Tetrao urogallus), una especie complicada de observar donde las haya, pero que cuenta con sus mejores poblaciones en el parque nacional de Cairgorms y alrededores, principalmente en pinares caledonianos o repoblaciones de titularidad privada y con abundante estrato de arándano (Vaccinium myrtillus). Tras declararse extinto, el urogallo fue reintroducido en Escocia en 1837, llegando a alcanzar los 20.000 ejemplares, aunque entre 1970 y 2004 disminuyó hasta solo unos 2.000 individuos. Hoy día parece haberse frenado tan acuciado declive y la especie, a diferencia de lo que ocurre en la península ibérica, va recuperándose de forma constante, aunque de manera muy lenta, como es natural. No hace falta decir que no tuvimos suerte, ni en esta ni en otras dos intentonas que realizaríamos en otras zonas del parque nacional de Cairgorms. De hecho observar urogallo fuera de las fechas de reproducción y lejos de los cantaderos es algo muy fortuito, y tratándose de una especie con una situación tan delicada, en esas fases es mejor no molestarlas, siendo preferible limitarse a pasear por zonas con presencia pero sin aspiraciones, y si de casualidad nos topamos con uno, bienvenido sea. Durante el paseo no faltaron los páridos, abundantes mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita), petirrojos (Erithacus rubecula) y otras especies propias de la zona, siendo lo más interesante de todo ello dos ejemplares de piquituerto común / escocés (Loxia curvirostra/scotica). A pesar de tratarse como dos especies diferenciadas, lo cierto es que los rasgos externos no son distinguibles con óptica, pues la única diferencia morfológica detectada es una mayor altura de pico, pero hablamos de un milímetro más que el piquituerto común, por lo que es imposible diferenciarlo en campo. El sonido si resulta algo diferente, y de hecho nosotros in situ los consideramos como escoceses al sonar de una manera algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Pese a todo hay que ser muy prudentes, pues para que os hagáis una idea, para validar las observaciones de piquituerto escoces, la RSPB pide enviar el sonograma de la grabación del canto que hayamos escuchado, así que no es tarea fácil. A la mañana siguiente amanecimos en Inverness, una bonita ciudad que ostenta varios récords, el de ser la ciudad que goza del día más largo de todo Reino Unido durante el verano, pero también el de ser la ciudad más fría de Escocia, con unas temperaturas mínimas invernales que pueden llegar a los -17,8 Cº.


Puente sobre el río Ness.

Varias iglesias de Inverness cerca del río.

Conejo (Oryctolagus cuniculus) muy abundantes en toda Escocia,
incluidas las zonas urbanas.

Castillo de Inverness s. XIX


Inverness es una ciudad con una apariencia señorial, y no es para menos. Aquí se libró en 1745 la última batalla que tuvo lugar en suelo británico hasta día de hoy, entre los defensores de la Casa de Hanóver y los jacobitas. Además es la puerta de entrada al archiconocido Lago Ness, donde en 1933 se realizó la supuesta fotografía del famoso monstruo que daría la vuelta al mundo, al que más tarde se bautizaría como Nessie. Esta criatura criptozoológica, que ha servido para conseguir que la zona goce de fama mundial, obviamente nunca fue encontrada, y de hecho la fotografía se considera hoy día como falsa, quizás uno de los primeros grandes fake de la historia. Pese a todo, eso no impidió que durante décadas numerosos exploradores buscaran infatigablemente al supuesto monstruo que debía ser algo así como un plesiosaurius, con submarino incluido. No es de extrañar que el lago haya suscitado historias de este tipo, pues su longitud y su profundidad infunden miedo a cualquiera. Resulta increíble pensar que un lago natural pueda llegar a los 37 kilómetros de longitud y unos 230 metros de profundidad, casi nada. Así que ya que estábamos allí, como no acercarnos a curiosear un poco. En la primera parada realizada para disfrutar del inconmensurable lago, nos sorprendió una serreta grande (Mergus merganser) saliendo de la parte intermedia de unos altos pinos, una visión muy curiosa, pues aunque uno vaya sabiendo que crían en oquedades de árboles, ver salir a una anátida de semejante tamaño del bosque, te deja totalmente descolocado. En la zona también observamos las primeras cornejas cenicientas (Corvus cornix) de plumaje "puro". Aunque a día de hoy y después de décadas de debate, se considera nuevamente una especie diferente a la corneja negra (Corvus corone)  lo cierto es que en algunas zonas, como ocurre en Escocia, existe un gradiente de hibridación, siendo habitual observar ejemplares intermedios en la mayoría del territorio, estando presente de forma "pura", mayoritariamente en la mitad oeste del país.


Lago Ness

Serreta grande (Mergus merganser) hembra.

Corneja cenicienta (Corvus cornix)


De ahí pusimos rumbo al castillo de Urquhart, del que se desconoce fecha de construcción, aunque se sabe que debió ser entre el siglo XIII y el XVI. He aquí una de la imágenes icónicas de la zona, las ruinas del castillo a orillas del lago Ness. Tras visitar el castillo nos detuvimos en Drumnadrochit, localidad muy conocida por albergar el museo del Lago Ness, Nessieland, y otras cuantas atracciones turísticas más, relacionadas, como no, con el lago. Casi tan espectacular como el propio castillo es una representación floral situada en los jardines de la localidad, realizada a escala con plantas, muy lograda. En las praderas de los jardines eran abundantes las grajas (Corvus frugilegus) las cuales ya tenian pollos crecidos, que no paraban de demandar en vano alimento a sus progenitores.

Castillo de Urquhart, a orillas del lago Ness.

De turisteo en Drumnadrochit.

Dedaleras (Digitalis purpurea)

Submarino empleado en 1969 para la búsqueda de Nessie,

Representación floral del castillo de Urquhart, Drumnadrochit. 


Tras reponer fuerzas en la localidad, pusimos rumbo a Loch Ruthven, al otro lado del lago Ness, para lo cual atravesamos nuevamente Inverness. Se trata de un pequeño lago que también es reserva de la RSPB, donde uno puede realizar un pequeño sendero hasta llegar a un observatorio situado en la orilla sur. Los prados cercanos a la entrada del lago resultan ya de por si muy curiosos, pues allí se daban cita en plena reproducción, zarapitos reales (Numenius arquata), ostreros (Haematopus ostralegus), faisanes vulgares (Phasianus colchicus), perdices rojas (Alectoris rufa) y avefrías (Vanellus vanellus), una extraña mezcla de limícolas reproductoras y especies asilvestradas que resulta bastante peculiar. En Loch Ruthven pudimos observar nuevamente colimbo ártico (Gavia arctica), escribanos palustres (Emberiza schoeniclus), porrón moñudo (Aythya fuligula), águila pescadora (Pandion haliaetus) y los primeros zampullines cuellirojos (Podiceps auritus) en plumaje estival, una especie espectacular que teníamos muchas ganas de ver, pero que disfrutaríamos mucho más en Avielochan. En el lago también están presentes los colimbos chicos, aunque nosotros no conseguimos verlos en esta ocasión. Durante el sendero eran habituales los chochines (Troglodytes troglodytes) y los mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus), y en menor medida los agateadores norteños (Certhia familiaris) y camachuelos comunes (Pyrrhula pyrrhula).


Paisaje formado por pinares y tojos.

Pequeñas elevaciones cercanas a Loch Ruthven.

Zarapito real (Numenius arquata)

Loch Ruthven

Chochín (Troglodytes troglodytes) con ceba, compuesta por efímeras.

Zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus)

Escribano palustre (Emberiza schoeniclus) macho, en plumaje estival.

Babosa (Arion ater) muy abundante en todas las zonas visitadas.

Porrón moñudo (Aythya fuligula) juvenil.

Faisán vulgar (Phasianus colchicus) macho


Tras nuestra visita a Loch Ruthven, pusimos rumbo al corazón del parque nacional de Cairgorms, realizando la que sería nuestra última parada del día, antes de hacer noche en Kingussie. Se trata de Avielochan, una pequeña laguna donde se dan cita algunas especies interesantes, como varias parejas de porrón osculado (Bucephala clangula), presente en la mayoría de las masas de agua del parque, zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus) y algunos años, como ocurrió en al menos 2011 y 2016, una pareja de colimbos chicos, lo que sumado a su pequeño tamaño, hacen del lugar un atractivo destino de pajareo. En 2011 se contruyó en la parte trasera del lago un pequeño observatorio, que permite la observación de dichas especies sin ocasionar molestias. Una de las costumbres que parece repetirse en todos los observatorios que visitamos, y que resulta de gran ayuda, es la de dejar un cuaderno para que la gente anote fecha y número de sus observaciones, pudiendo consultar en cualquiera de ellos las especies que se han observado durante todo el año. Gracias a ello supimos, ya que nuevamente nos dio plantón, que el colimbo chico se había observado en varias ocasiones en las dos semanas anteriores, aunque al parecer este año no se encontraba como reproductor en Avielochan. También abundantes en la zona eran las gaviotas argénteas (Larus argentatus), gaviotas canas (Larus canus), andarríos chico (Actitis hypoleucos) y lúganos (Carduelis spinus) que acuden junto a otros fringílidos a los comederos situados en las inmediaciones, y que sin duda es otra de las especies que resulta curiosa de observar como reproductora, ya que en la península ibérica solo está presente como invernante, y en número variable dependiendo del año. Allí, con un poco de paciencia, se puede disfrutar de muy buenas observaciones de una de sus indiscutibles joyas, el zampullín cuellirrojo. Este escaso reproductor, que tan solo cuenta con 30-50 pp. en Escocia, hizo las delicias de cuantos observadores coincidimos allí, exhibiendo ese llamativo plumaje que lo caracteriza. No menos interesantes fueron las persecuciones de las hembras de porrón osculado, algo que observamos en varios lagos de la zona. Los porrones osculados realizan lo que se conoce como parasitismo de puesta, y que consiste en depositar sus huevos en los nidos de otras hembras, ubicados en oquedades de árboles o incluso en madrigueras de conejo, para así reducir la probabilidad de predación sobre sus crías. Por eso no es de extrañar durante la época de reproducción, que cuando coinciden varias hembras, tengan lugar en repetidas ocasiones persecuciones tan aparatosas como violentas, que acaban con la expulsión de una de ellas.


Avielochan

Zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus) en plumaje estival.

Zampullín cuellirrojo

Pareja de porrón osculado (Bucephala clangula)

Hembra de porrón osculado (Bucephala clangula)

Bandos familiares de lúganos (Carduelis spinus)

Hembra de porrón osculado con varios pollos.

Ánsares comunes (Anser anser) con un buen número de crías.

Andarríos chico (Actitis hypoleucos)


Tras disfrutar de estas llamativas y curiosas especies, pusimos rumbo a Kingussie, donde pasaríamos las dos siguientes noches. Ahora tocaba nuevamente asimilar todo lo vivido, pues aun nos aguardaban casi dos días en Cairgorms, donde disfrutariamos de especies tan singulares como el gallo lira (Lyrurus tetrix), el escribano nival (Plectrophenax nivalis) o el búho campestre (Asio flammeus), entre muchas otras. Pero eso ya queda para la siguiente entrada.

Zonas de brezales en el P.N de Cairgorms, hábitat del gallo lira (Lyrurus tetrix)



Escapada ornitológica a Escocia: (I)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com.es/2017/06/escapada-ornitologica-escocia-i.html

Escapada ornitológica a Escocia: (II)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com.es/2017/06/escapada-ornitologica-escocia-ii.html

Escapada ornitológica a Escocia: (III)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com.es/2017/06/escapada-ornitologica-escocia-iii.html

Escapada ornitológica a Escocia: (IV)
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