martes, 20 de junio de 2017

Escapada ornitológica a Escocia: (I) Aberdeen, Estuario de Ythan, Bullers O' Buchan y Fowlsleugh

La semana pasada pudimos disfrutar de unos días en Escocia, una escapada que llevábamos mucho tiempo con ganas de realizar y que al fin pudimos llevar a cabo. El objetivo principal del viaje, cómo no, era la observación de aves, una excusa más que recomendable para visitar gran parte del país y conocer sus paisajes, sus gentes y por supuesto sus especies de aves. Destacaba entre todo ello el poder disfrutar de algunas de sus colonias de aves marinas, un increíble espectáculo de vida que merece la pena observar al menos una vez, y que desgraciadamente no tiene comparación con las colonias presentes en la península ibérica. Nuestro pequeño tour arrancó en Edimburgo el día 9 de junio, durante el cual visitamos las zonas de reserva y algunos parques nacionales cercanos a Aberdeen, Inverness, Cairngorms, Oban y algunas de sus islas; Mull, Lunga, Iona y Staffa, regresando por Loch Lomond y Callander, para terminar de nuevo en Edimburgo el día 16. Sin duda una semana repleta de experiencias y observaciones que cuesta asimilar en tan poco tiempo. Dado el volumen de fotos dividiré la escapada en varias entradas, tratando en esta primera parte tan solo las zonas cercanas a Aberdeen, que se corresponden con los dos primeros días del viaje, visitando el Estuario de Ythan, la colonia de aves marinas de Bullers O' Buchan, la desembocadura del río Dee y la colonia de aves marinas de Fowlsleugh.


Eider real (Somateria spectabilis) y eider común (Somateria mollissima).
 Estuario de Ythan 9/06/17


Durante el viaje observamos un total de 119 especies de aves, lo que en comparación con ambientes mediterráneos puede parecer poco, pero proporcionalmente a la lista de aves de Escocia no está nada mal. Además de haber podido observar algunas de las especies que no tienen presencia en España, disfrutamos de muchas conocidas de una forma diferente, pues muchas de ellas solo visitan la península ibérica como invernantes, migrantes o de forma ocasional, y resulta muy curioso verlas en sus zonas de reproducción con plumajes, comportamientos y números diferentes a como podemos observarlas en España. Planeamos nuestro itinerario consultando diferentes páginas webs y blogs de ornitología, concretando zonas gracias al asesoramiento de algunos amigos que poseen un gran conocimiento sobre la zona, como Álvaro Díaz Pastor, Fergus Crystal y Samuel Langlois, a los que aprovecho para agradecerles toda la información que nos facilitaron, pues toda resultó de utilidad en algún momento del viaje. Sam además, muy amablemente nos asesoró y acompañó durante nuestra primera etapa del viaje, resolviendo cuantas dudas tuvimos sobre las cifras, la distribución local, o la ecología de muchas de las especies que queríamos observar. No pudimos contar con mejor ayuda, pues Sam, además de estar realizando su proyecto de fin de carrera en una reserva cercana a Aberdeen, forma parte del grupo de anillamiento de la universidad y conoce a la perfección todos los rincones que ofrece la costa este de Escocia. Gracias a el, en tan solo unas horas conseguimos observar muchas de las especies previstas.


Zonas visitadas e itinerario recorrido durante nuestra estancia en Escocia.


Tras coger el vuelo en Madrid, aterrizamos en el aeropuerto de Edimburgo 3 horas más tarde, concretamente a las 13:30 h. Allí alquilamos un coche con la empresa Greenmotion y pusimos rumbo a Aberdeen, no sin antes enfrentarnos al primer reto del viaje, conducir por la izquierda. Al principio resulta complejo, al fin y al cabo es como ir en dirección contraria todo el tiempo, pero tras las dos primeras horas, y gracias también a que la gente es muy educada conduciendo, uno se acostumbra enseguida.


Fotografía desde el avión llegando a Reino Unido


Durante las más de tres horas que duró el trayecto, con caravana incluida, comenzamos a reparar en todos esos pequeños detalles que hacen que aunque estés en un país con unas costumbres de vida similares, sea todo tan diferente. Admito que pecamos de excesiva curiosidad, pues una de las cosas que más disfrutamos al cambiar de país son todos esos pequeños detalles, desde el cambio de vegetación, a las señales de trafico, pasando por el almuerzo típico, las horas de luz, la climatología, el idioma... Ya un poco más situados, llegamos a Aberdeen a las 18:00 h donde Sam nos esperaba para visitar el Estuario de Ythan, una de las mejores zonas de pajareo cercanas a esta ciudad. Antes había comprobado el estado de las mareas, y nos cuadraba perfectamente, pues estaba en marea baja, así que nos pusimos en marcha. Allí el principal objetivo era observar a Elvis, y no es que "el rey del rock" hubiera regresado a la vida en esta reserva de la costa este escocesa, es que así se conoce coloquialmente a una de sus estrellas, el eider real (Somateria espectabilis). Se trata de un viejo conocido, pues durante los últimos 39 años ha regresado cada primavera al estuario para cortejar en vano y por alguna razón que se desconoce, a las hembras de eider común (Somateria mollissima) allí presentes, con las que obviamente no tiene ningún feeling, a pesar de su colorido y su llamativo plumaje. El individuo en cuestión no está anillado, por lo que no puede asegurarse que se trate del mismo ejemplar, no obstante nunca han sido observados dos ejemplares en la zona, y menos con una conducta tan particular. Además se trata del único ejemplar de la especie que puede observarse regularmente durante el periodo reproductor al sur de las costas de Nenetsia, en Rusia. Una de las hipótesis que podría justificar este comportamiento, es que en una apretada colonia de reproducción al norte de Rusia, donde coincidan las dos especies, un huevo de eider real hubiera terminado por alguna razón en un nido de eider común, por lo que el ejemplar de haber sobrevivido, se hubiera improntado como si perteneciera a esta especie. De todas formas tan solo son elucubraciones, pues es casi imposible saber que ocasionó esta curiosa impronta.


Estuario de Ythan


A pesar de las muchas horas de viaje, una vez llegamos al estuario se nos olvidó todo el cansancio de repente. Allí nos recibieron numerosos grupos de eideres comunes con sus característicos sonidos nasales, especie que en estas fechas puede alcanzar los 1500 ejemplares en el estuario. Observamos los primeros pollos de la temporada, que por lo que nos comentó Sam no son muy numerosos, ya que en los últimos años no son muchos los ejemplares que consiguen criar con éxito, por razones que aun se desconocen. Como curiosidad, por si alguien no lo sabe, la palabra edredón debemos agradecérsela a estas anátidas, pues las primeras colchas rellenas de plumas se elaboraban con los plumones depositados por las hembras en el nido durante la reproducción, y de la derivación de una palabra islandesa que adoptaron los alemanes como Eiderdaun acabó castellanizándose como edredón.

Eideres comunes con los primeros pollos de la temporada.


Volviendo al estuario, apenas llevábamos unos minutos alucinando con lo visto, cuando de repente Sam localizó al eider real, al cual nos acercamos para disfrutar tranquilamente. Espectacular e increíble son las palabras que definen a este tipo de observaciones, por su rareza y por su cercanía. Una de las cosas de las que te das cuenta por el comportamiento de los animales cuando viajas a otros países, es como de respetuosa es la gente de allí con los animales, en términos generales de población. Los aficionados a la naturaleza conocemos como "distancia de fuga" a la distancia que permite acercarse un animal antes de emprender su huida, la cual varía según especies. Cuando en general, muchas especies de animales permiten acercarse más de lo habitual, o más de lo que suelen dejarse acercar en otras zonas, de su comportamiento puedes extrapolar que no sufren o no han sufrido muchas molestias, algo que se hace muy patente en Escocia. En esta ocasión los eideres podían observarse a apenas 20 metros de nosotros, no haciendo necesario a ratos ni tan siquiera el uso de prismáticos, no digamos ya de telescopio.


Las dos especies de eideres presentes en el estuario de Ythan

Eider real (Somateria spectabilis)

Canal del estuario

Machos y hembra de eider común


 Una vez fuimos capaces de despegarnos de los eideres, lo cual no es tarea fácil pues resultan altamente adictivos, continuamos recorriendo la orilla visitable del estuario. Al final de la misma nos aguardaba otra nueva sorpresa. Allí descansando en la arena comenzamos a intuir un numeroso grupo de focas grises (Halichoerus grypus) que podía superar fácilmente los 200 individuos, aunque pueden concentrarse hasta 600 en algunas ocasiones. En menor medida también pueden observarse algunos ejemplares de foca moteada (Phoca vitulina) aunque resulta complejo diferenciarlas entre el gran número de focas grises. Era la primera vez que observábamos este tipo de mamífero, así que dedicamos un ratejo a su observación, aunque huelga decir que no las pillamos en su rato más activo.


Eideres y focas grises descansando en una de las orillas

Focas grises (Haliechoerus gripus


Para los que nos gusta observar animales el tiempo pasa volando cuando te encuentras en un escenario de esta magnitud, y de poder, lo justo hubiera sido dedicarles al menos numerosas horas a cada especie, pero lo malo de estos viajes es que cuentas con poco tiempo para ver muchas cosas, por lo que no puedes detenerte tanto como querrías. Retrocedimos por el estuario para por último observar la gran colonia de charranes presente en la reserva, donde se dan cita más de 2000 parejas de varias especies, enumeradas según su abundancia; charrán artico (Sterna paradisaea), charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis), charrán común (Sterna hirundo), charrancito (Sternula albifrons) y quizás según años alguna pareja de charrán rosado (Sterna dougallii). De camino nos topamos con una medusa muerta en la arena, la cual supone todo un reto de identificación, pero que tras consultar diferentes fuentes podría tratarse de un pequeño ejemplar de medusa melena de león (Cyanea capillata) nada más y nada menos que la medusa más grande conocida, que puede llegar a alcanzar los 2,3 metros de diámetro.

Medusa melena de león (Cyanea capillata)

Charrán común (Sterna hirundo), gaviota reidora (Croicocephalus ridibundus)
 y charranes árticos (Sterna paradisaea).

Gaviotas argénteas (Larus argentatus) y charranes árticos (Sterna paradisaea)

Charranes árticos (Sterna paradisaea) y charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis)

Charranes árticos (Sterna paradisaea)


Impresionados por todo lo observado en tan solo unas horas, dejamos el estuario de Ythan casi con pena, despidiéndonos de Elvis con todo el respeto que merece, pues su momento, muy a nuestro pesar había pasado. Pero a pesar de lo que poco que restaba para la caída del sol, Sam tenía guardada la última sorpresa del día, y nos guió hasta la colonia de aves marinas de Bullers O' Buchan, no muy lejos de allí. Como ya he comentado disfrutar de una colonia de marinas era uno de nuestros principales objetivos, pero no pensábamos que diera tiempo de realizarlo en el primer día. Sam nos avisó de que era una colonia muy pequeñita pero con todas las especies, así que con toda la emoción del mundo llegamos a sus acantilados. La pequeñez es un concepto subjetivo para los que no acostumbramos a ver colonias de aves marinas con regularidad. Lo primero que vimos según aparcamos fueron más de 200 nidos de gaviota tridáctila (Rissa tridactyla) y algunos nidos de gaviota argéntea (Larus argentatus) lo que ya me hizo preguntarme como serían las colonias grandes. Las gaviotas tridáctilas dan una apariencia muy simpática y recatada, además sus nidos son muy elaborados en comparación con el resto de especies de gaviotas, por lo que sus colonias tienen un aspecto muy particular. Se trata de una especie muy abundante en las costas escocesas, aunque no se la encuentra en el interior, a diferencia de la gaviota cana (Larus canus) con quien guarda cierto parecido.


Colonia de gaviotas tridáctilas de Bullers O' Buchan.

Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla)

Algunos de los nidos observados.


Boquiabiertos continuamos recorriendo el sendero que bordea los acantilados de la colonia, y en poco tiempo pudimos observar las primeras aglomeraciones de álcidos. En las pequeñas repisas de los acantilados costeros se apostaban centenares de araos (Uria aalge), alcas (Alca torda) y gaviotas tridáctilas. Para nuestra sorpresa no tardaron en aparecer los primeros fulmares boreales (Fulmarus glaciaris) una de las especies a las que teníamos muchas ganas de observar, dada su rareza en la península ibérica. A pesar de su apariencia, el fulmar no tiene parentesco con las gaviotas, si no que se trata de un tipo de petrel, aves pelágicas que pasan la mayor parte del tiempo en alta mar. Su vuelo dinámico es característico pues apenas aletean, si no que realizan largos planeos, sirviéndose para ello de las corrientes de aire. Otra característica que llama la atención al observarles son sus abultadas narinas, al ser aves muy pelágicas, los fulmares necesitan poder beber agua salina, y han desarrollado esta adaptación para expulsar el exceso de sal. A pesar de ser muy abundantes en toda la costa escocesa, los fulmares no forman grandes concentraciones, por lo que sus nidos se encuentran repartidos en pequeños grupos dentro de las colonias. También en baja densidad estaba presente en la colonia otras de las joyas del viaje, que a pesar de su pequeño tamaño es el icono por excelencia de estos ecosistemas e incluso del propio país, todo un embajador de la ornitología escocesa, el frailecillo (Fratercula arctica). Resulta difícil describir a los profanos en el tema, la emoción que suscita a un pajarero observar a pocos metros y por primera vez un frailecillo posado en sus acolchadas repisas. Este característico ave, encandila fácilmente a cuantos reparan en el, y no es para menos, como negarle ese privilegio portando tan peculiar y colorido pico, y esa impresión tristona que embarga a uno de ternura.


Acantilados costeros de Bullers O' Buchan

Aglomeración de araos (Uria aalge)

Fulmar boreal (Fulmarus glacialis)

Frailecillo atlántico (Fratercula arctica)

Orquídea (Dactylorhiza purpurella)

Araos (Uria aalge)

Acantilados meridionales de Bullers O' Buchan


Aprovechamos lo que restaba de luz disfrutando de esta colonia que tan buen rato nos hizo pasar, regresando a Aberdeen durante el ocaso. Lo bueno de visitar Escocia en estas fechas es que los días son muy largos, pues anochece casi a las 23:00h y amanece a las 3:00h lo que te permite disfrutar de casi 20 horas de luz, si el cuerpo aguanta. Antes de irnos reparamos en una pequeña orquídea (Dactylorhiza purpurella) abundante en la zona, una especie que no está presente en la península ibérica pero que resulta familiar al compartir género y apariencia con otras especies ibéricas. Junio y julio son buenos meses para la observación de estas pequeñas joyas botánicas en Escocia, y por si alguien es aficionado al tema, o está planeando una escapada y piensa reparar en ellas, dejo el enlace a una guía de identificación con las 29 especies presentes en Reino Unido, muy práctica a mi parecer.

El día había dado mucho de si, y ya solo quedaba descansar, aunque iba a resultar difícil pensando en las palabras de Sam sobre la colonia de Fowlsleugh que visitaríamos al día siguiente. No madrugamos especialmente, pues necesitábamos descansar un poco después de todo el ajetreo del día anterior. Quedamos con Sam de nuevo en Aberdeen, y la primera parada antes de visitar la colonia de marinas fue en la desembocadura del río Dee.

Aberdeen

Rótulo luminoso con el nombre de la localidad.


Nada más llegar a la desembocadura pudimos disfrutar de algunos adultos de gaviota cana (Larus canus) especie que no habíamos podido observar hasta ese momento. De nuevo, y como pasaría como muchas otras a lo largo del viaje, una especie con presencia regular en la península pero con un plumaje diferente a como llega a nuestras costas durante el invierno. Estábamos entretenidos con ellas, y con algunos estorninos pintos (Sturnus vulgaris), que hacían lo posible por despegarse de sus pedigüeñas crías ya bastante crecidas, cuando localizamos la primera serreta grande (Mergus merganser) concretamente un macho en plumaje de eclipse, pues una vez han cumplido su papel durante la reproducción comienzan muy rápido a mudar. Después se dejaron observar otros dos ejemplares, uno aun conservaba gran parte del plumaje nupcial, y el otro estaba anillado por Sam y sus compañeros de la universidad de Aberdeen. Solo comentar como curiosidad para los anilladores ibéricos, que las serretas adultas se capturan a mano, difícil de concebir para nosotros. En la zona también se dejaron ver los primeros bisbitas costeros (Anthus petrosus) abundantes en todas las costas escocesas.


Gaviota cana (Larus canus)

Estornino pinto (Sturnus vulgaris) adulto con cría.

Serreta grande (Mergus merganser) macho en eclipse.

Serreta grande (Mergus merganser) macho, aun con coloración nupcial.

Zonas portuarias de Aberdeen

Bisbita costero (Anthus petrosus)

Serreta grande (Mergus merganser) macho, con anillas de lectura a distancia.


Sin más dilación pusimos rumbo a la colonia de aves marinas de Fowlsleugh, donde nos aguardaba un maravilloso espectáculo de vida. La colonia es una reserva de la RSPB (Royal Society Protection of Birds) y en su parte superior existe un sendero que permite visitar estos impresionantes acantilados y disfrutar de una de las mejores colonias de aves marinas presentes en Escocia, con representación de gran parte de las especies, según orden de abundancia; gaviota tridáctila, arao, alca, gaviota argéntea, fulmar boreal y unas pocas parejas de frailecillo. En menor medida pueden observarse alcatraces (Morus bassanus) patrullar las aguas costeras, aunque no se reproducen en la zona, y con mucha suerte avistar algún ejemplar de arao aliblanco (Cepphus grylle) mucho más abundantes en la costa oeste de Escocia.


Cartel informativo de la RSPB advirtiéndonos de que estamos en zona de cría.

Alca (Alca torda)

Alcas (Alca torda)


Tras unas breves paradas para disfrutar de estos simpáticos álcidos, que parecen observarte con curiosidad y cierto recelo dada la cercanía, continuamos visitando la colonia. En poco tiempo apareció ante nosotros la primera pared repleta de vida. La impresión que causa en un primer momento es que el acantilado se va a venir abajo por el peso de los miles de individuos que soporta. Pero exageraciones a parte, la sensación que trasmite observar a decenas de miles de individuos inmersos en un bullicioso trajín cotidiano es realmente indescriptible, el espectáculo no puede ser más emocionante.


Una de las paredes de Fowlsleugh

Araos (Uria aalge) en colonia de cría, con los primeros pollos.

Fulmar boreal (Fulmarus glaciaris)

Característica silueta y diseño de primarias internas blancas
del fulmar boreal en vuelo. 

Gaviota tridáctila de 2º año, no muy abundantes en las colonias de cría.

Una de las paredes de la colonia de reproducción de Fowlsleugh

Una visión mas cercana de algunas zonas.


Una de las particularidades de estas colonias, es que según vas a avanzando por el sendero la perspectiva cambia completamente y se convierte en una visión totalmente diferente de la anterior, y solo de pensar que al menos debe abarcar unos 5 kilómetros de acantilados, si no más, hacen que uno se sienta muy pequeño. El problema es que esto hace que no puedas dejar de tomar fotografías desde todos los ángulos, como os podéis imaginar, a pesar de la cantidad de fotos de la entrada, lo más difícil ha sido seleccionar algunas de ellas. Entre los numerosos ejemplares de arao que se afanaban por permanecer sin caer de sus repisas, logramos localizar unos pocos ejemplares de la variedad embridada, mucho menos abundante, y que difiere por presentar un anillo y una lista ocular de color blanco. Algunos paseriformes quisieron robar su porción de protagonismo a las aves marinas, y como no permitirlo, siendo abundantes durante el sendero las bisbitas costeras y los llamativos machos de escribano cerillo (Emberiza citrinella) especie que para disfrutar de ella en España es necesario subir al tercio norte peninsular.

Un ejemplar de la variedad "embridada" de arao.

Escribano cerillo (Emberiza citrinella) macho.

Bisbita costero (Anthus petrosus)

Otra vista de la abarrotada colonia de marinas.

Frailecillo atlántico (Fratercula arctica) o "puffins"

Arao, gaviota tridáctila y alca, como si de un podio de abundancia se tratara

Última perspectiva de la colonia de Fowlsleugh


En el último tramo disfrutamos de al menos 6 ejemplares de frailecillo, que como he comentado antes no son muy numerosos en esta colonia. También pudimos observar como los araos colocaban y protegían sus llamativos huevos de color verdoso y forma triangular sobre las repisas de roca, y no era para menos, pues el sendero estaba repleto de huevos depredados, y ninguno quería ser el siguiente en perder su puesta, más aun estando bajo la atenta mirada de las gaviotas argénteas (Larus argentatus) especie oportunista que encuentra en estas colonias una nutritiva fuente de alimento. Como se puede apreciar en algunas de las fotografías, los huevos de álcidos son especialmente triangulares, se trata de una adaptación para que en caso de ser movido por el trajín de los adultos en las colonias, el huevo gire sobre si mismo, en lugar de rodar y caer por el acantilado, la evolución "ha pensado" en todo.

Araos colocando con mucho mimo su puesta.

Primer plano de un arao en su repisa

Gaviota argéntea (Larus argentatus)

Huevo de arao depredado.

Huevos de alca depredados por la parte posterior.

Gaviota argéntea dándose un festín de huevos de arao.


Tras este espectáculo tan asombroso, del cual recomiendo disfrutar al menos una vez en la vida, regresamos hacia Aberdeen. De camino paramos a almorzar con Sam, a quien agradecimos muchísimo su amabilidad y que nos hubiera acompañado y guiado durante nuestra estancia allí, de no ser por su ayuda, hubiera sido imposible realizar tantos de los objetivos del viaje en tan poco tiempo. Con una sensación agridulce entre la alegría por lo vivido, y el tener que dejarlo atrás tan pronto, emprendimos rumbo a Lochindorb e Inverness, donde nos aguardaba Nessie, y entre otras especies, colimbos árticos (Gavia arctica), lagópodos escoceses (Lagopus lagopus scotica) y pardillos alpinos (Carduelis cabaret), pero eso lo dejo para la siguiente entrada, que no será la última.


Alrededores de Lochindorb



Escapada ornitológica a Escocia: (I)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com.es/2017/06/escapada-ornitologica-escocia-i.html

Escapada ornitológica a Escocia: (II)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com.es/2017/06/escapada-ornitologica-escocia-ii.html

Escapada ornitológica a Escocia: (III)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com.es/2017/06/escapada-ornitologica-escocia-iii.html

Escapada ornitológica a Escocia: (IV)
http://amantesdelaornitologia.blogspot.com.es/2017/07/escapada-ornitologica-escocia-iv-oban.html

4 comentarios:

  1. Y estais con verano Fresco!!!!!!!!!

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  2. Gracias Dave! Jesús, no veas que contraste al aterrizar en Barajas a las 16:00h... de haber podido hubiéramos aguantado por allí un poco más... Saludos

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  3. Una crónica magnífica!! Y las fotos geniales! Enhorabuena! Tengo pensado viajar a Escocia (por primera vez) en breve, y me ha venido genial este post (y el siguiente). Quería preguntarte por la ubicación del Estuario de Ythan donde visteis el Eider real, te agradecería que contestaras a mi correo: marcossrsala@gmail.com Un saludo!!

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