sábado, 3 de octubre de 2020

Doñana, Bahía de Cádiz y Estrecho de Gibraltar

 La semana pasada realizamos una escapada a la provincia de Cádiz, un entorno privilegiado para disfrutar de la migración postnupcial de rapaces y planeadoras, que se encuentra en estas fechas en su recta final. De igual forma visitamos algunos de sus enclaves más atractivos, paisajística y ornitológicamente hablando, con el fin de observar diversas especies de aves raras o escasas, que disponen en Cádiz de algunas de las mejores localidades para su observación, como el charrán bengalí (Thalasseus bengalensis) o el buitre moteado o de Rüppell (Gyps rueppelli) incluidas varias de ellas que tienen sus únicas poblaciones españolas en esta provincia, caso del bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus) o el ibis eremita (Geroticus eremita). Nuestro viaje arrancó el lunes 21, visitando en nuestra primera etapa el entorno de Los Palacios y Villafranca, cerca de Sevilla. En esta zona desde la primavera de 2018 se vienen observando varios ejemplares de tórtola senegalesa (Streptopelia senegalensis) que en este tiempo han llegado a reproducirse, con un máximo de 6 ind. a finales de invierno del presente año. Esta población constituye la única de la España peninsular, aunque su origen es incierto, a diferencia de las poblaciones establecidas en Canarias, fruto de una colonización natural desde el continente africano. Además de las senegalesas, durante nuestra visita pudimos observar los últimos zarceros bereberes (Iduna opaca) de esta temporada, que aun reclamaban en estas fechas mediante su característico chasquido, así como algunas cotorras de Kramer (Psittacula krameri). 

Algunas de las especies observadas del
21 al 28 de sept. de 2020.

Tórtola senegalesa (Streptopelia senegalensis)

Tórtola senegalesa en Los Palacios (SE) 21/09/20


Tras nuestra breve parada en Los Palacios pusimos rumbo al paraje natural del Brazo del Este, una antigua bifurcación del Guadalquivir rodeada de bastas extensiones de arrozal que goza de cierta protección desde el año 1989, y que junto a los arrozales de Isla Mayor constituye una extensión del P.N de Doñana. Además de grandes concentraciones y una amplia variedad de aves acuáticas, entre las que destacan los moritos (Plegadis falcinellus) pudimos disfrutar de una de nuestras anátidas más amenazada, que no es otra que la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) que encuentra en este humedal una zona de descanso y alimentación. Acuáticas al margen, el Brazo del Este es uno de los pocos sitios de España donde pueden observarse las dos especies exóticas de tejedores que se han establecido recientemente en la península ibérica a través de escapes o sueltas, el obispo coronigualdo (Euplectes afer) y el tejedor cabecinegro (Ploceus melanocephalus). De este último pudimos localizar una colonia de cría en pleno apogeo, con la cual disfrutamos observando la elaboración de sus curiosos y característicos nidos, así como de los llamativos movimientos de cortejo que realiza el macho para estimular la visita de las hembras al nido, del cual se cuelga dejando caer las alas repitiendo enérgicos batidos. 


Bando de moritos (Plegadis falcinellus) en el Brazo del Este

Cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris)

Tejedor cabecinegro (Ploceus melanocephalus) macho 

Macho de tejedor cabecinegro haciendo honor a su nombre 

Obispo coronigualdo (Euplectes afer) macho

Varias canasteras (Glareola pranticola) a los pies de un flamenco

Flamenco común (Phoenicopterus roseus)

Somormujo lavanco (Podiceps cristatus) con una cría sobre el dorso 


Continuamos nuestro viaje hacia el sur, rumbo a la Doñana gaditana, donde visitaríamos varios enclaves de interés cercanos a la desembocadura del Guadalquivir. Entre ellos se encontraban las salinas de Bonanza, un hervidero de vida en el que disfrutar con la observación de flamencos (Phoenicopterus roseus), gaviotas picofinas (Chroicocephalus genei), águilas pescadoras (Pandion haliaetus), pagazas piquirrojas (Hydroprogne caspia), charrancitos (Sternula albifrons) y centenares de limícolas. Por si esto fuera poco, casi todos los años, principalmente durante el paso postnupcial se localizan algunos ejemplares de falaropo picofino (Phalaropus lobatus) una pequeña limícola ártica de carácter nervioso que encuentra en las salinas de Bonanza una de sus pocas localidades regulares de descanso conocidas en España, y de la cual pudimos disfrutar tras un buen rato de búsqueda, animados por las observaciones recientes de varios compañeros entre los que se encontraba Paco Chiclana, a quien siempre agradecemos su amabilidad. Dada su cercanía, otras localidades que merece la pena conocer son las lagunas de Camino Colorado y las de Martín Miguel, dos pequeños humedales rodeados de viviendas y explotaciones agrícolas, en las que con un poco de paciencia podremos observar focha moruna (Fulica cristata), malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) martienete (Nycticorax nycticorax) o cerceta pardilla.  Por si no hubiéramos estirado lo suficiente el día, decidimos dedicar el atardecer al puerto de Chipiona, donde disfrutamos con las pasadas de un grupo de vencejos moros (Apus affinis) antes de recogerse en la colonia, de hecho, la única y la más grande (con permiso de la cercana estatua de Rocío Jurado, natural de Chipiona) desde que esta especie africana comenzara a criar en nuestras latitudes hace varias décadas. 


Salinas de Bonanza

Gaviotas picofinas (Chroicocephalus genei)

Falaropo picofino (Phalaropus lobatus)

Falaropo picofino en las salinas de Bonanza. 21/09/20

Juvenil de flamenco muerto por colisión con tendido.

Macho de malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala)

Adulto de focha moruna (Fulica cristata)

Juvenil de martinete común (Nycticorax nycticorax

Vencejo moro (Apus affinis)

Nido de vencejo moro en el puerto de Chipiona

Escultura dedicada a Rocío Jurado en Chipiona


Continúanos nuestro recorrido visitando la playa de Montijo, en Chipiona, un increíble paraje que en marea baja llega a descubrir una amplia zona intermareal de casi 300 m. convirtiéndose en un paraíso para la observación de aves limícolas y estérnidos, incluyendo algunos tan escasos como el charrán bengalí (Thalasseus bengalensis) o el elegante (Thalasses elegans) de los cuales se han llegado a ver hasta dos ejemplares diferentes durante el pasado mes de septiembre. Allí contactamos con Manuel Barcena, de la empresa Oxyura Birdwatching, quien amablemente nos acompañó durante una de nuestras visitas, facilitándonos todo tipo de recomendaciones para la observación de esta rara especie a la cual conoce bien, aunque en esta ocasión no tuvimos suerte. De igual forma disfrutamos con las grandes concentraciones formadas por correlimos tridáctilo (Calidris alba), correlimos gordo (Calidris canutus), chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), aguja colipinta (Limosa lapponica), charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis) y charrán común (Sterna hirundo) junto a otras especies menos abundantes, como fumarel común (Chlidonias niger) o pagaza piquirroja (Hydroprogne caspia). Casi las mismas especies estaban presentes en nuestra siguiente parada, la desembocadura del río San Pedro, en Puerto Real, donde además se pueden contemplar grandes concentraciones de ostrero (Haematopus ostralegus) entre los que se encuentra un singular ejemplar leucístico casi en su totalidad, a excepción de las alas, y que lleva visitando la zona más de doce años, como nos comentaron Manuel Jiménez, Rafa García y otros compañeros, gracias a quien completamos el día observando varios charranes rosados (Sterna dougallii) en el entorno de Cádiz, antes de proseguir hasta el Estrecho. 
 
Zona intermareal de la playa de Montijo

Pagaza piquirroja (Hydroprogne caspia

Aguja colipinta (Limosa lapponica)

Correlimos tridáctilo (Calidris alba) y vuelvepiedras (Arenaria interpres)

Charranes patinegros, comunes y fumareles en Puerto Real

Grandes concentraciones de ostrero euroasiático

Ejemplar leucístico de ostrero (Haematopus ostralegus)

Pagaza piquirroja y ostrero leucístico junto a varias gaviotas 

Gaviotas a la espera de los descartes de los mariscadores

Charrán rosado (Sterna dougallii) en Cádiz. 22/09/20

Charrán rosado aun con plumaje de verano


En nuestros primeros dos días en Campo de Gibraltar coincidimos con un pequeño parón en la migración de rapaces y planeadoras, por lo que aprovechamos la ocasión para visitar algunos puntos ya habituales en nuestras escapadas al Estrecho, como el Parque Natural de la Breña y Marismas de Barbate, la antigua laguna de La Janda, la zona de alimentación de los ibis eremita (Geronticus eremita) única población de la especie en Europa, el humedal de Los Lances, en Tarifa, o salir a la búsqueda de algunos reptiles característicos de la zona, como el camaleón (Chamaeleo chamaeleon) o la algo más extendida salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus) ambos propios del sur peninsular. Durante la visita a Barbate cabe señalar la observación de una corneja negra (Corvus corone) con permiso de limícolas, flamencos y gaviotas de Audouin (Ichthyaetus audouinii) dada la poca frecuencia con la que esta especie aparece en la provincia. En La Janda los habituales elanios azules (Elanus caeruleus) así como grandes concentraciones de moritos (Plegadis facinellus), cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) o palomas torcaces (Columba palumbus) entre una amplia variedad de aves comunes, y en Los Lances algunas limícolas menos habituales, como el correlimos gordo (Calidris canutus) o el zarapito real (Numenius arquata). También hubo tiempo de realizar una breve visita a la zona del bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus) que se mostró muy tímido en esta ocasión, siendo posiblemente el único ejemplar de esta especie africana que permanece actualmente en la zona, tras llegar a criar en varias ocasiones desde que en 2013 se asentara un individuo en el entorno de Tarifa. 

Playa del Cañuelo desde el Faro de Camariñal

Grupo de flamencos comunes (Phoenicopterus roseus) en Barbate

Gaviotas de Audouin (Ichthyaetus audouinii) en Barbate

Ibis eremita (Geronticus eremita) adulto

Juvenil de ibis eremita

Cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) en La Janda

Elanio azul (Elanus caeruleus) en La Janda

Bando de palomas torcaces (Columba palumbus) en La Janda

Algodón (Gossypium hirsutum)

Los Lances, Tarifa

Correlimos gordo (Calidris canutus) en Los Lances

Playa de Bolonia desde la duna

Camaleón (Chamaeleo chamaeleon)

Bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus). Tarifa

Juvenil de salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus)


En esta ocasión no dejamos pasar nuestra visita pendiente al peñón de Gibraltar, una singular colonia británica desde la cual, uno puede contemplar la bahía de Algeciras mientras degusta un Fish and Chips bajo la atenta mirada de la única población europea de macaco de Berbería (Macaca sylvanus) reintroducida por los árabes en el s. VIII y reforzada posteriormente por los ingleses cuando estuvo al borde de la extinción, cosas veredes. Pese a que solemos rehuir las aglomeraciones, alguna vez en la vida hay que visitarlo, y fue en este viaje. Elegimos la no económica pero rápida visita que nos ofrecía el uso del teleférico, así que en poco tiempo estábamos arriba disfrutando de las vistas. Seguramente en muchas ocasiones alguien te habrá prevenido contándote anécdotas sobre su visita a Gibraltar y las interacciones con los monos, pero huelga decir que todo aviso es insuficiente. Lo primero que uno se encuentra al salir de la cabina del teleférico es una suerte de Jumanji en la que los macacos parecen haber tomado el control de la instalación. En un primer momento resulta cómico, y no suele pasar de esa fase, salvo que seas un insensato como nosotros y hayas olvidado que llevas algo de comida en la mochila. Ahí la cosa se pone algo más tensa, pasando de una actitud juguetona a una más agresiva, digna de los protagonistas de las películas más conocidas de Eloy de la Iglesia. Si además la comida comparte recipiente con el material óptico y no quieres soltarla, tienes un problema, ya que no dudaran en utilizar la violencia, y tu siguiente visita muy probablemente será al ambulatorio para ponerte la vacuna del tétanos. En cualquier caso tranquilo, no serás ni el primero ni el último y en principio esta singular población de macacos está sometida a chequeos veterinarios y censos anuales, gracias a los cuales se estima su población en 230 ind. Curiosamente, aunque hoy nos parezca algo artificial, el macaco de Berbería colonizó Europa de manera natural durante la Crisis de Salinidad del Messiniense, llegando a alcanzar latitudes tan septentrionales como el norte de Francia o Alemania durante los 5 millones de años en los que habitó en Europa, algo que se sabe gracias al registro fósil. Las razones de su extinción no se conocen en detalle, pero se baraja la opción de su caza por parte de los grupos de neandertales contemporáneos. 

Ya algo más relajados después de tan fatigoso encuentro, disfrutamos con su observación y la de otras especies, como un leve paso migratorio de abejeros europeos (Pernis apivorus), algunas lagartijas andaluzas (Podarcis vaucheri) y numerosas libélulas, entre las que abundaban Anax imperator y Crocothemis erythraea. Una vez abajo merece la pena visitar el cuidado Jardín Botánico de la Alameda, donde con un poco de paciencia podremos disfrutar en estas fechas de algunas especies de paseriformes en plena migración, en nuestro caso curruca mirlona (Sylvia hortensis), colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) y papamoscas gris (Muscicapa striata), así como algunas de nuestras mariposas más espectaculares, como la archiconocida mariposa monarca (Danaus plexippus) que goza de algunas poblaciones residentes en la provincia de Cádiz desde hace algunos años, o la mariposa del madroño (Charaxes jasius) que ostenta el récord de ser la mariposa diurna más grande de Europa. 


La bahía de Algeciras desde el peñón de Gibraltar

Macaco de Berbería (Macaca sylvanus)

Ayudando a la interpretación de los carteles

Comportamiento social de desparasitación

Juvenil de abejero europeo (Pernis apivorus)

Libélula escarlata (Crocothemis erythraea)

Juvenil de lagartija andaluza (Podarcis vaucheri)

Macho adulto de lagartija andaluza

Jardín Botánico de la Alameda

Mariposa monarca (Danaus plexippus)

Mariposa del madroño (Charaxes jasius)


Papamoscas gris (Muscicapa striata)

Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus)


Tras nuestra ajetreada cita con Gibraltar decidimos visitar la Sierra de la Plata, no sin antes detenernos en el mirador de Cazalla a observar lo que fenotípicamente nos pareció un busardo moro (Buteo rufinus) que se encontraba en vuelo cercano a la carretera, aunque en realidad se trataba de un híbrido con busardo ratonero (Buteo buteo) o ratonero de Gibraltar (Gibraltar Buzzard) como algunos autores se refieren a estos ejemplares con rasgos mixtos. La taxonomía de esta especie es verdaderamente compleja actualmente. Hasta hace poco se consideraban dos subespecies dentro del ratonero moro; cirtensis en el norte de África y rufinus en Europa oriental y Asia. Pero según un reciente estudio, cirtensis sería más cercana genéticamente al busardo ratonero que al busardo moro, por lo que de ser así, estaríamos hablando de un morfo diferente, fenotipo o subespecie del busardo ratonero, como resultado de una clina. Por si esto fuera poco, se ha demostrado que hay cierto grado de hibridación en el Estrecho de Gibraltar entre busardo ratonero y aves de fenotipo típico de busardo moro cirtensis, habiendo cruces entre parejas aparentemente puras y también retrocruzamiento entre híbridos e individuos puros, dando lugar a una amplia variedad de plumajes que han complicado la identificación segura en campo de este taxón, algo que queda únicamente en mano de expertos. Tras este confuso inciso, continuamos hacia la Sierra de la Plata, una de las zonas querenciales del buitre moteado o de Rüppell (Gyps rueppelli) en el entorno de Tarifa, y una de las mejores de España para la observación de esta especie africana cada vez más habitual en nuestras latitudes, donde han llegado a darse máximos de hasta 6 ejemplares simultáneos. En esta zona, y gracias a las indicaciones y la amabilidad de Javi Elorriaga, Yeray Seminario y Rafa Benjumea, de la empresa Birding the Strait, pudimos observar dilatadamente una hembra adulta que junto a un nutrido grupo de buitres leonados (Gyps fulvus) se preparaba en uno de los roquedos para pasar la noche. Este ejemplar según nos ha comentado Javi, es la hembra que durante la pasada primavera llegó a copular con un macho de buitre leonado, aunque al parecer no tuvo lugar la reproducción. 


Ratonero de Gibraltar (B. buteo x B. rufinus cirtensis)

Vista superior del mismo ejemplar. 

Duna de Bolonia desde la Sierra de la Plata

Hembra adulta de buitre moteado (Gyps rueppelli)

Buitre moteado en la Sierra de la Plata, 25/09/20


Nuestra última jornada en el entorno de Tarifa, que pone fin a esta extensa entrada, la compartimos con dos grandes conocedores de la zona, Fran Espinosa y Alexandre Justo, quienes nos invitaron a su plan de censar aves marinas desde la isla de Las Palomas, en Tarifa, lo cual requiere de un permiso especial al ser aun hoy día terreno militar. Trámites burocráticos al margen, a primera hora de la  mañana ya estábamos realizando conteos de pardelas baleares (Puffinus mauretanicus), cenicientas atlánticas (Calonectris borealis) y alcatraces (Morus bassanus) que junto a algún págalo grande (Stercorarius skua) completaron el plantel de pelágicas. De allí marchamos rumbo al observatorio del Algarrobo, a los pies del primigenio y olvidado observatorio donde el profesor Francisco Bernis, uno de los padres de la ornitología ibérica, iniciara los conteos migratorios, aunque no sin antes de que Alex nos enseñara la única población del helecho Asplenium marinum de la provincia de Cádiz. La tarde en el Algarrobo transcurrió animada entre anécdotas y observaciones, aun con nutridos grupos de milano negro (Milvus migrans), cigüeña negra (Ciconia nigra) y un goteo de águilas calzadas (Hieraaetus pannatus), culebreras europeas (Circaetus gallicus), gavilanes (Accipiter nisus) y vencejos reales (Apus melba) a los que se sumaron de manera puntual varias águilas perdiceras (Aquila fasciata) e incluso un buitre negro (Aegypius monachus). Allí nos despedimos agradecidos de nuestros magníficos anfitriones, pero, cuando parecía que el día no daba para más, recibimos el aviso de Javi Elorriaga, que había localizado tres individuos de charrán bangalí (Thalasseus bengalensis) cerca del puerto de Tarifa, a donde llegamos con la caída de la tarde, para conseguir observar uno de los individuos hasta que la luz no dio para más, poniendo un estupendo broche a una semana increíble de pajareo. 

Vista de África desde la isla de Las Palomas

Helecho de la especie Asplenium marinum

Alcatraz atlántico (Morus bassanus)

Grupo de gaviotas, pardelas baleares y cenicientas

Observatorio utilizado por F. Bernis durante su estudio de la migración

Grupo de milanos negros (Milvus migrans)

Cigüeñas negras (Ciconia nigra)

Buitre negro (Aegypius monachus)

Charrán bengalí (Thalasseus bengalensis)

Charrán bengalí, Tarifa 26/09/20

Atardecer en el puerto de Tarifa


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