lunes, 13 de noviembre de 2017

Esteparias y grullas en los llanos de Guijo de Coria y el embalse de Borbollón

Venidos a menos desde hace algún tiempo, los llanos de Guijo de Coria ofrecen aun hoy día buenas observaciones de algunas especies de esteparias. La presencia de estas en el tercio norte se ha rarificado en las últimas décadas, acorde con el declive generalizado que presentan la mayoría de aves propias de estos medios y la progresiva transformación del terreno, consecuencia de la actual política agraria y otros factores derivados de la intensificación agrícola. En pequeño número aun es posible disfrutar de avutardas (Otis tarda) y gangas ortegas (Pterocles orientalis). Más raro resulta el sisón (Tetrax tetrax), que en las ultimas temporadas no ha sido citado en la zona, y cuya situación en la región continua siendo crítica. Pese a todo, aun es posible observar especies como el esmerejón (Falco columbarius) o el chorlito dorado europeo (Pluvialis apricaria), así como otras muchas especies de aves, especialmente paseriformes. La localidad sigue siendo una estupenda opción para pasar una jornada de observación de aves, la que puede complementarse con la visita al cercano embalse de Borbollón, donde se ubica uno de los dormideros más grandes de grullas (Grus grus) del norte de la región.


Estornino pinto (Sturnus vulgaris)

Avutarda (Otis tarda) machos.

Calandria (Melanocorypha calandra)

Chorlito dorado (Pluvialis apricaria)

Estorninos pintos (Sturnus vulgaris) siguiendo a una oveja.

Inmaduros de buitre leonado (Gyps fulvus)


Tras una breve visita a los llanos de Guijo de Coria, continué hasta el embalse de Borbollón, cercano a la localidad de Santibañez el Alto. Allí estaban presentes algunas especies de aves acuáticas regulares en la zona, destacando por número los habituales azulones (Anas platyrhynchos), cucharas (Spatula clypeata), silbones (Mareca penelope), somormujos lavancos (Podiceps cristatus) y cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo). Con un poco de paciencia es posible dar con el grupo de ánsares comunes (Anser anser) que cada invierno regresan al embalse, aunque en esta temporada apenas supera los 70 individuos. También por allí se dejaron ver algunas garcetas grandes (Ardea alba) y comunes (Egretta garzetta), además de garzas reales (Ardea cinerea) y pequeños bandos de avefría (Vanellus vanellus). En las orillas eran frecuentes las bisbitas pratenses (Anthus pratensis) entre las que podía observarse también alguna alpina (Anthus spinoletta). En las dehesas cercanas, rabilargos ibéricos (Cyanopica cooki), arrendajos (Garrulus glandarius) zorzales comunes (Turdus philomelos) y charlos (Turdus viscivorus) resultaron los más abundantes, pudiendo observar otras muchas especies de paseriformes, incluido el reyezuelo listado (Regulus ignicapilla).Tampoco faltaron las rapaces, siendo frecuentes durante la jornada los milanos reales (Milvus milvus), buitres negros (Aegypius monachus) y leonados (Gyps fulvus), así como el busardo ratonero (Buteo buteo) o el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus).


Embalse de Borbollón

Reyezuelo listado (Regulus ignicapilla)

Santibáñez el Alto

Ánsares comunes (Anser anser) y silbones (Mareca penelope)

Grullas (Grus grus) posadas en una cola cercana al dormidero

Cola del embalse de Borbollón


Como parte final de la jornada, me aguardaba una actividad en la que las grullas serían las protagonistas indiscutibles. Enmarcado dentro de las actividades programadas por el Parque Cultural Sierra de Gata para este otoño, acudí a dar una charla introductoria sobre la biología de la especie y los diferentes tipos de marcaje utilizados en su seguimiento, para posteriormente disfrutar con la observación in situ de más de 5000 ejemplares de grullas acudiendo al dormidero. En representación de la empresa Monfragüe Natural, con la que desde hace algún tiempo vengo trabajando, acompañé al grupo de asistentes formado por más de 40 personas, y juntos disfrutamos del espectáculo visual y auditivo que supone la observación de miles de individuos de esta emblemática especie.


Algunos de los asistentes a la actividad

Primeros bandos de grullas

Disfrutando de la entrada al dormidero de más de 5000 individuos.






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