viernes, 24 de septiembre de 2021

Salida pelágica desde Muxía el 31/08/2021

 El pasado 31 de agosto realizamos una salida para la observación de aves pelágicas desde la localidad de Muxía (A Coruña). En esta ocasión la salida no deparó observaciones muy raras, aunque si hubo algunas sorpresas y buenos grupos de gaviota de Sabine (Xema sabini), sin duda, una de las grandes protagonistas de estas fechas. La amplia variedad de especies  con hasta diez especies de láridos cumplió con las expectativas del grupo, formado por amigos/as y compañeros/as de esta afección psicológica que viene a ser la ornitología. En esta ocasión, los integrantes fueron: Raquel Lozano, Lourdes Berzas, Álvaro Díaz a la coordinación, Pablo de la Nava, Mario Fernández, Javier Gómez, Miguel Ángel Andrés, nuestro equipo gaviotero, formado por Gabriel Martín, Juankar Andrés y Asier Aldalur, y por último, el que escribe. También cabe destacar el buen hacer del Patrón, a bordo del Eureka


Algunas de las especies observadas en la salida pelágica

Recorrido y parámetros de la ruta efectuada

La mañana amaneció despejada y la mar en calma, aunque el viento, con una ligera predominancia del NE no nos fue muy favorable. Al poco de la salida desde el puerto, ya con una cohorte bien formada de gaviotas patiamarillas (Larus michaellis), sombrías (Larus fuscus) y alguna reidora (Chroicocephalus ridibundus) fueron apareciendo las primeras pardelas cenicientas atlánticas (Calonectris diomedea borealis). baleares (Puffinus mauretanicus), alcatraces (Morus bassanus) y negrones comunes (Melanitta nigra) a los que se sumaban otras especies más habituales, como garzas reales (Ardea cinerea) o cormoranes grandes (Phalacrororax carbo).


Parte del equipo calentando motores al inicio de la salida

Grupo de gaviotas al amanecer

Grupo de gaviotas frente al cabo Vilán (Camariñas)

Primeras pardelas cenicientas atlánticas (Calonectris diomedea borealis)

Pardela cenicienta (Puffinus mauretanicus). Foto: Pablo de la Nava

Alcatraz atlántico (Morus bassanus) de 3º año

Alcatraz atlántico (Morus bassanus) de 2º año

Durante el primera tramo de la excursión y conforme la luz fue aumentando, el protagonismo recayó sobre los láridos, con hasta diez especies detectadas en total. Al margen de las ya comentadas, no tardaron en aparecer algunas gaviotas cabecinegras (Ichthyaetus melanocephalus), gaviones atlánticos (Larus marinus), varias gaviotas canas (Larus canus) e incluso un juvenil de gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii) que supuso una de las sorpresas de la mañana, ya que pese a ser una especie habitual en las costas del Mediterráneo, en Galicia cuenta con muy pocos registros. Además, el ejemplar se encontraba anillado con PVC blanco y código IVVF, lo que nos confirmó que se trataba de un ave italiana, siendo el primer registro para Galicia de un ejemplar de dicha procedencia, según comentó Antonio Gutiérrez a varios compañeros. El equipo gaviotero puso en practica sus habilidades, y a pesar del bullicio, detectaron fácilmente varios ejemplares de gaviota argéntea (Larus argentatus) y otro de Cáspica (Larus cachinnans) en una fecha marcadamente temprana para la fenología de esta última especie, considerada rareza hasta 2016. 


Gaviota cabecinegra (Ichthyaetus melanocephalus) de 1º inv.

Gaviota cana (Larus canus) juvenil

Gaviota de Audouin (Icthyaetus audouinii) juvenil, de procedencia italiana

En cuanto a procelariformes la salida no fue especialmente reseñable, ya que apenas se detectaron varias decenas de pardelas cenicientas atlánticas (Calonectris diomedea borealis), baleares (Puffinus mauretanicus) y tan solo una pichoneta (Puffinus puffinus), además de unos pocos paíños europeos (Hydrobates pelagicus). A estas especies se sumaron algunos estérnidos, entre ellos charranes patinegros (Thalasseus sandvicensis), comunes (Sterna hirundo) y varios fumareles comunes (Chlidonias niger) aun con restos de plumaje de verano. 


Pardela cenicienta atlántica (Calonectris diomedea borealis)

Pardela balear (Puffinus mauretanicus). Foto: Javier Góméz Aoiz

Pardela pichoneta (Puffinus puffinus). Foto: Pablo de la Nava

Paíños europeos (Hydrobates pelagicus). Foto: Javier Gómez Aoiz

Paíños europeos (Hydrobates pelagicus). Foto: Pablo de la Nava

Charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis)

Charrán común (Sterna hirundo). Foto: Javier Góméz Aoiz

Fumarel común (Chlidonias niger). Foto: Javier Góméz Aoiz


Los págalos por el contrario dieron bastante más juego, especialmente grandes (Stercorarius skua) y parásitos (Stercorarius parasiticus) que fueron los más abundantes durante la salida, protagonizando acosos y persecuciones a otras especies. Por el contrario, tan solo observamos un ejemplar de págalo pomarino (Stercorarius pomarinus) y otro de rabero (Stercorarius longicaudatus) ambos a media o larga distancia, lo que no permitió la toma de fotografías.

Págalo grande (Stercoraius skua) adulto

Págalo grande (Stercoraius skua) juvenil

Págalo grande sobre un grupo de gaviotas

Págalo parásito (Stercorarius parasiticus) adulto de morfo pálido

Págalo parásito (Stercorarius parasiticus) juvenil de morfo oscuro

Juvenil de págalo parásito durante una de sus persecuciones


Como es costumbre, los hábitos pelágicos de una de las protagonistas indiscutibles de estas fechas, como es la gaviota de Sabine (Xema sabini) nos hizo esperar hasta bien avanzada la salida para disfrutar de su observación. Por suerte pudimos deleitarnos con varios grupos y algunos individuos solitarios que sumaron un total de más de 150 ejemplares. Habitualmente en el mundo ornitológico, e incluso dentro de los círculos más específicos dedicados a las gaviotas, es habitual escuchar que es una de las gaviotas más bonitas, lo cual es difícil de rebatir. Su distribución ártica, su ecología y un patrón de coloración especialmente llamativo, convierten a esta especie en uno de los principales atractivos para los que nos embarcamos en estas salidas pelágicas. Su migración, que abarca desde las costas árticas de EE.UU, Canadá, Groenlandia y Siberia hasta las costas del sur de África y América del Sur, alcanza su cenit en las costas gallegas en los meses de agosto y septiembre, convirtiendo este área en una de las mejores zonas de Europa para su observación. 


Gaviota de Sabine (Xema sabini) en vista frontal

Grupo de gaviotas de Sabine descansando en el mar

Algunos ejemplares más cercanos

Gaviotas de Sabine en vuelo

Grupo de gaviotas de Sabine en vuelo

Vista posterior de un grupo de gaviotas de Sabine


Una vez gastado el chum (atrayente para aves marinas) y haber disfrutado relajadamente de los grupos de Sabines, emprendimos el camino de regreso a Muxía. Durante estas últimas horas del viaje no hubo grandes sorpresas, a excepción de dos ejemplares de falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius) observados cerca del barco mientras descansaban. Un elenco de buena parte de las especies ya comentadas anteriormente amenizó el camino de vuelta, en la que a excepción de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) y algunos limícolas más, como correlimos tridáctilo (Calidris alba), zarapito real (Numenius arquata) o vuelvepiedras (Arenaria interpres) no sumamos nuevas especies que ampliaran la lista de observaciones. Ya casi llegando a puerto realizamos la que sería nuestra última parada, concretamente en el cabo Vilán, uno de los lugares más emblemáticos de la Costa da Morte para la fauna ibérica, al ser el último lugar donde se tiene constancia de la reproducción del arao común (Uria aalge) en España, tras el desplome de sus poblaciones.


Varios compañeros durante el trayecto de vuelta

Falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius). Foto: Pablo de la Nava

Falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius). Foto: Javier Gómez Aoiz

Cabo Vilán

Foto de grupo junto al Eureka, en el puerto de Muxía


2 comentarios:

  1. Muchas Gracias.Por este bonito articulo.Desde el Eureka.

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    1. Muchas gracias por tan buena salida jefe! Nos vemos pronto en otra.

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