viernes, 3 de febrero de 2017

La Presa de Hoy

Hace apenas 4 meses, la editorial Tundra publicó la novela "La Presa de Hoy" de Dave Langlois. Reconozco que he tardado en leerla, tenía muchas ganas, pero andaba atareado y con otras lecturas entre manos y lo he ido demorando. Lo malo viene cuando por cercanía muchas personas de tu entorno ya se lo han leído, y se convierte en un tema de conversación habitual, por ejemplo, en las jornadas de anillamiento, avivando aun más la curiosidad previa por leer la novela de Dave. Así que no me quedó más remedio que dejar pausadas otras tareas y sacar unas horas para poder leerla de una vez, literalmente, porque engancha, y no hay otra manera.




Personalmente, apenas he coincidido en un par de ocasiones con Dave, aunque cuando hablamos nos tratamos como viejos conocidos. Dave es una persona que suscita curiosidad al conocerla, pero más aun al leerla. Quizás de ahí esa expectación con la que recibimos muchos la noticia. He tenido el placer de leerle durante algunos años, antes de que se animara a publicar su primera novela, aunque no en formato editado. Son muchos sus mensajes compartidos en el hoy ya desaparecido foro "del GOCE" jocosas siglas que durante tanto tiempo abreviaron el nombre del foro por correo electrónico del Grupo Ornitológico Cacereño, foro pionero en la región en el que tantas observaciones y anécdotas se vertieron, que más tarde también daría pie a la creación del grupo local SEO-Cáceres y al nuevo foro ornitológico Foroavex. Dave, al igual que muchos de nosotros, es un amante de las aves, y como muchos de nosotros, gusta de compartir sus observaciones más curiosas, relevantes o cautivadoras en foros de ornitología. Leyendo algunos de sus mensajes, donde describía con todo lujo de detalles varios de los cantos de sus paseriformes preferidos, acompañados de constantes notas de humor, no era difícil sospechar que degustaba la naturaleza y apreciaba los detalles, algo que sin duda impregna por completo ésta novela. Apreciar los detalles de los procesos naturales no es tarea fácil en la sociedad de lo inmediato, requiere paciencia y denota sensibilidad, una sensibilidad por la vida que desgraciadamente no es fácil de encontrar, y de la que tantas personas parecen carecer. Precisamente de eso trata La Presa de Hoy, del choque entre la sensibilidad por la vida y la ausencia de la misma.

A través de su protagonista, Pete Fled, un naturalista de origen británico que reside junto a su familia en una zona rural, de una España por desgracia aun vigente, más propia del costumbrismo de Delibes, la novela saca a relucir entre otros, un tema controvertido, condenado desde hace décadas a ser de perpetua actualidad, el choque que con frecuencia se produce entre la conservación y la destrucción de la naturaleza, personificada en esta ocasión y en tantas otras no noveladas, en forma de cazador. Pete y su familia, que se ven privados de su intimidad al tener que vivir en el hotel de los padres de Isabel, su mujer, sueñan con la idea de que finalmente sea contratado como guarda en una de las reservas naturales de la zona, algo que les aportaría además de la felicidad de trabajar en favor del medio ambiente, una estabilidad económica. Pero no imaginaban que el desenlace de unas ilusiones tan puras podía tornarse en pesadilla... y hasta ahí puedo leer. La novela está plagada de guiños ornitológicos, así como de ricas descripciones de los entornos en los que transcurre. Los personajes, que tan clara tenían su visión del bien y del mal al principio de la novela, sufrirán una inevitable evolución al calor de las vivencias que acontecen en su hasta ahora sosegado mundo, vivencias, que de haber querido Dave cambiar el decorado, hubieran resultado en una historia digna del mejor wéstern.

2 comentarios:

  1. Me encanta esta reseña, Hugo. Lo que dices sobre "choque entre la sensibilidad por la vida y la ausencia de la misma" resume en pocas palabras la quid de la cosa.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias Dave, desde luego es lo que suscita la novela. Todo un placer. Un abrazo!

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