Tuvimos suerte, ya que al llegar a la zona enseguida verificamos que efectivamente algunas de ellas seguían estando. Conforme iban saliendo de la zona de dormidero pudimos ir contando hasta 10, ni una mas ni una menos. Todo un espectáculo verlas volar, primero una, luego dos mas y después el resto, abandonaban la seguridad de la pequeña ladera donde dormitaban para posarse en zonas de barbecho, y enseguida buscar el amparo de los linderos...
Obsérvese lo bien que pasan desapercibidos en los linderos. |
Se apreciaban diferentes tonalidades entre ejemplares fuera de las achacables al dimorfismo sexual, sobretodo patentes en la zona pectoral-ventral y facial.
Después de disfrutarlos durante un par de horas decidimos dejarles tranquilos.
Otras aves que se dejaron ver por la zona fueron las omnipresentes perdices (Alectoris rufa), avefrías (Vanellus vanellus), algunos cernícalos (Falco tinnunculus), una hembra de Aguilucho pálido (Circus cyaneus) y varios Alcaravanes (Burhinus oedicnemus) ya emparejados.